26 de julio de 2010

Adopción homoparental


Comunidad científica
Existen una amplia evidencia que muestra que los menores criados por progenitores del mismo sexo se desenvuelven igual de bien que aquellos criados por progenitores de distinto sexo. Más de 25 años de investigación documentan que no existe relación entre la orientación sexual de los progenitores y cualquier medida de adaptación emocional, psicológica y conductual del menor. Estos datos han demostrado que no existe riesgo para los menores como resultado de crecer en una familia con uno o más progenitores gays.

La catedrática Judith Stacey, de la Universidad de Nueva York, señala que: "En escasas ocasiones existe un consenso tan amplio en cualquier área de las ciencias sociales como en el caso de las familias con progenitores gays, por lo que la American Academy of Pediatrics y todas las grandes organizaciones profesionales con experiencia en el bienestar de los menores han emitido informes y resoluciones apoyando los derechos de gays y lesbianas como progenitores". Estas organizaciones incluyen a la American Academy of Pediatrics, la American Academy of Child and Adolescent Psychiatry,la American Psychiatric Association, la American Psychological Association,[10] la American Psychoanalytic Association,la National Association of Social Workers,la Child Welfare League of America,la North American Council on Adoptable Children,y la Canadian Psychological Association (CPA). La CPA ha mostrado su preocupación sobre el hecho de que algunas personas e instituciones estén tergiversando los hallazgos de la investigación psicológica para apoyar sus posturas, más basadas en otros sistemas de creencias o valores. No hay investigaciones que apoyen la creencia generalizada de que el género de los progenitores sea importante para el bienestar de los menores.

El Papanicolau




El Papanicolau es un examen que se hace a las mujeres, para descubrir en forma temprana alteraciones del cuello del uterino que posteriormente puedan llegar a convertirse en cáncer.



El ginecólogo utiliza un aparato médico llamado espéculo, lo coloca dentro de la vagina para así poder tomar una muestra de células. Luego las extiende en una lámina de vidrio y se manda al laboratorio para ser analizada.La prueba no es dolorosa. Se recomienda estar relajada y sobre todo, eliminar los nervios.
Para esta prueba es necesario:
No estar menstruando.
No haber tenido relaciones sexuales 48 hs antes.
No haberse realizado duchas vaginales 48 hs antes.
No haberse aplicado ningún tratamiento médico (óvulos o cremas), durante las últimas 48 hs.
Según http://familydoctor.org/ los resultados anormales de un papanicolau pueden ser:
Inflamación (irritación): causado por una infección del cuello de la matriz, inclusive por levaduras, por el virus del papiloma humano (VPH), por el virus del herpes o por muchas otras infecciones.
Células anormales: estos cambios se llaman displasia cervical. Estas pueden ser precancerosas.
Señas más serias de cáncer: estos cambios afectan las capas superiores del cuello del útero pero no van más allá de este.
Cáncer más avanzado.
Para prevenir cualquier enfermedad de éstas, tomemosnos unos minutos cada año para hacer esta pequeña prueba, que nos puede salvar la vida. Tomemos conciencia de lo importante que es y dejemos las excusas de lado, son solo minutos que nos dejaran tranquilas de que todo esta bien.
Si el resultado es positivo (la muestra presenta atipias) o sospechoso en una mujer con alto riesgo, el siguiente paso comúnmente es la confirmación con un examen llamado colposcopia, que permite observar la lesión sospechosa in-situ y tomar biopsia.

¡Lo importante es hacerlo a tiempo!