22 de febrero de 2017

El último mensaje de Cuauhtémoc

Nuestro Sol se ocultó
Nuestro Sol desapareció su rostro

Y en completa obscuridad nos ha dejado

Pero sabemos que otra vez volverá.

Que otra vez saldra

Y nuevamente nos alumbrará
Pero mientras allá esté 
y en la mansión del silencio permanezca, 
Muy prontamente reunámonos y estrechémonos
Y en el centro de nuestro ser ocultemos
Todo lo que nuestro corazón ama
Y que sabemos que es gran tesoro.

Destruyamos nuestros recintos al principio creador,
Nuestras escuelas, nuestros campos de pelota,
Nuestros recintos para la juventud,
Nuestras casas para el canto y el juego.
Que nuestro nuestros caminos queden abandonasdo
Y que nuestros hogares nos resguarden
hasta cuando salga nuestro nuevo sol.

Los papacitos y las mamacitas
Que nunca olviden guiar a sus jóvenes
Y hacer saber a sus hijos mientras vivan
Cuán buena ha sido
Hasta ahora nuestra amada madre tierra Anahuac
Al amparo y protección de nuestro destino
Y por nuestro gran respeto y buen comportamiento,
Confirmados por nuestros antepasados
Y que nuestros papacitos muy animaosamente
Sembraron en nuestro ser.

Ahora nosotros les encargaremos a nuestros hijos
Que no olviden informar a sus hijos
Cuán buena será, cómo se lenvatará
Y alcanzará fuerza
Y cuán bien realizará su gran destino
Esta nuestra amada madre tierra Anáhuac.

La tradición oral atribuye este poema como el último mensaje del Tlahltocan (Consejo de Gobierno) de Mexico Tenochtitlan, dado a conocer por Cuauhtémoc como mandato de su último acto de gobierno el 12 de Agosto de 1521.

Cultura Azteca y Cultura Maya

La enfermedad más rara del mundo se llama síndrome de Cotard

La enfermedad más rara del mundo se llama síndrome de Cotard, 
también conocida como síndrome de negación.

¿Vivo pero muerto? Las personas que padecen esta extraña y poco usual
 enfermedad, están convencidos de que han muerto y se ven a sí mismos
 como muertos vivientes o zombies. La introspección de su enfermedad es
 tan profunda que afirman sentir que no tienen sangre, ni cerebro, ni
 órganos y que perciben incluso el olor de su carne pudriéndose.

Este delirio, relacionado con la hipocondría, arranca con la negación de la
 existencia, primero de todo lo que les rodea y, posteriormente, de su propia
 existencia. Entre los síntomas más comunes se encuentran: la depresión,
 la automutilación, los pensamientos suicidas, la analgesia o ausencia
de dolor, la creencia de su cuerpo está muerto y se está descomponiendo
 por ello o incluso que son inmortales.
sta enfermedad, que aparece de forma repentina, es común en las 
depresiones más graves, ya sean psicóticas o delirantes, y puede 
encontrarse en otras enfermedades mentales como la esquizofrenia y
 la psicosis.


Jules Cotard fue el neurólogo francés que descubrió este síndrome,
 bautizándolo inicialmente como “delirio de negación” en 1880. Cotard 
expuso su hallazgo en una conferencia en París, mediante el caso de 
una paciente que negaba la existencia de Dios y también del diablo, no
 veía necesidad de comer y negaba la existencia asimismo de algunas 
partes de su cuerpo, convencida de que no podría morir de forma natural.

Este trastorno aún no ha sido aceptado como enfermedad, por lo que 
no aparece en el Manual de Diagnóstico y Estadístico de Enfermedades
 Mentales (DSM) ni ha sido reconocido por la Organización Mundial de la
 Salud (OMS).
                                                                                            Muy Interesante

21 de febrero de 2017

Métodos de tortura de la Santa Inquisición

La Edad Media, también denominada oscurantismo, es una de las peores fases que la humanidad ha experimentado. Después de haber vivido un avance y progreso científico impresionante, la Edad Media significó un gran declive en toda la cultura.
Los romanos y griegos habían realizado estudios sobre las proporciones humanas y sus esculturas eran cada vez más realistas; se intentaba tener un poder político democrático en el que se tomaran en cuenta la opinión de la mayoría de las personas y las cátedras buscaban brindar la mayor cantidad de conocimientos.
En la Edad Media, por otro lado, la Iglesia dominó el pensamiento del pueblo. Buscaban la fe ciega y dogmática en un dios absoluto, por lo que, todo el pasado fue destruido. Era imposible conocer al dios griego Zeus o su equivalente romano Júpiter.
Todo lo que importaba era el cristianismo y la adoración al dios verdadero. La educación, el poder político, el arte y la ciencia no interesaban más. La riqueza de tierras era algo malo, puesto que la vida terrenal no interesaba. La vida terrenal era sólo un paso a la gloria y vida eterna. Y si los estudiosos contradecían aquello que la Biblia aseguraba, podían ser condenados por la Santa Inquisición y a torturas rigurosas.
La Santa Inquisición fue organizada en 1231 por el Papa Gregorio IX, quien puso a cargo de su dirección a los dominicos, quienes no se detuvieron en su salvajismo para castigar a los transgresores. Lo esencial para los jueces era conseguir la confesión de los acusados, lo que condujo a mediados del siglo XIII a la utilización de la tortura.

En España, los reyes católicos Isabel y Fernando fundaron el Tribunal de la Santa Inquisición en 1478, con la bendición del papa Sixto IV. El Tribunal estaba integrado por eclesiásticos, conocedores del dogma y moral católica. Ellos se encargaban de juzgar los delitos relacionados con la fe y las buenas costumbres. Este Tribunal también era el responsable de juzgar a aquellos que tenían otras religiones como los musulmanes y los judíos, además de vigilar la sinceridad de sus conversiones.
En América, la Inquisición fue establecida por Felipe II en 1570 y tuvo tribunales en México, Lima y, más tarde, en Cartagena de Indias. En México, el arzobispo Zumárraga realizó 131 procesos religiosos, 13 de ellos contra indígenas. Sin embargo, recibió advertencias sobre el trato contra ellos, y desde entonces los excluyeron “por ser nuevos en la fe, gente flaca y de poca sustancia”.
El inquisidor Torquemada estableció en forma categórica que los reos no deberían sangrar ni sufrir lesiones, por lo que se idearon métodos e instrumentos bastante extraños que cumplían el objetivo.

Te presentamos los peores instrumentos de la inquisición; los que cuatro siglos de historia tuvieron aproximadamente 5 mil víctimas.

El potro


La víctima era atada de pies y manos a los dos extremos del aparato. Era estirada lentamente hasta que todas sus articulaciones se dislocaban. Aunque las evidencias históricas apuntan a que era usado especialmente en hombres, hay un caso registrado, el de Anne Askew, una poeta protestante que fue torturada y luego quemada por sus creencias contrarias a la Iglesia Católica.

Tormento de agua
Obligaban a las personas a beber cubetas llenas de agua. La cantidad era aproximadamente de 10 litros continuos. El torturador se ayudaba de un embudo y le impedía respirar a la víctima, su estómago no aguantaba más y después de sufrir tanto, explotaba.

La garrucha
Era uno de los instrumentos de tortura más recurrentes. Consistía en atar por la espalda las manos del prisionero, ponerle peso extra en los pies y colgarlo con una polea por las muñecas. Cuando estaba lo más arriba posible, lo dejaban caer sin que tocara el suelo. Normalmente los brazos se le dislocaban.
Algunos personajes históricos que fueron sometidos a esta práctica son Nicolás Maquiavelo, Savonarola y Jaime de Montesana.


Cuna de judas
Una adaptación mucho más violenta de la anterior. Ataban a las víctimas por las muñecas, las levantaban con una polea y después las dejaban caer sobre una pirámide muy puntiaguda con la finalidad de clavar su ano, escroto o vagina.


La rueda
Se comenzó a utilizar en Francia en el siglo XVI. Existían distintas maneras en las que alguien podía ser torturado con este aparato. La primera utilizaba esta rueda de madera para atar en toda su área al mártir desnudo, después los torturadores lo golpeaban hasta el cansancio con hierros candentes o simplemente lo mutilaban mientras una hoguera ardía debajo de él.

Otra opción era colocar alguna extremidad dentro de la circunferencia, después se giraba la rueda y el brazo o pierna se rompía. La última era colocar al desdichado en el perímetro exterior de la rueda y después se giraba para desarticular su cuerpo.

La doncella de hierro
Era una especie de sarcófago provisto de estacas metálicas muy afiladas en su interior, de este modo, a medida que se iba cerrando se clavaban en la carne del cuerpo de la víctima que se encontraba dentro, provocándole una muerte lenta y agónica. Las más sofisticadas disponían de estacas móviles, siendo regulables en altura y número para acomodar la tortura a las medidas del delito del torturado.
A su vez se incluía la “fustigación“, que consistía en azotar a la víctima con una fusta o vara.

La sierra
Este instrumento no necesita mucha explicación. Se cortaba por la mitad a aquel que hubiera cometido crímenes atroces contra la Iglesia. Lo hacían de cabeza para que el cerebro no perdiera tanta oxigenación y permaneciera consciente hasta llegar cerca del ombligo.


La pera oral, anal o vaginal
El aparato se introducía por la boca, vagina o recto. Una vez en el interior, se expandía a la fuerza. La cavidad era mutilada y, en muchas ocasiones, los torturados morían de dolor. Tenían puntas en el extremo que servían para desgarrar la garganta, cérvix o intestinos.


La araña de hierro
Diseñado especialmente para las mujeres que habían engañado a Dios acostándose con el diablo, la araña de hierro torturaba los senos femeninos. Se ataba a una mujer a un poste y se le colocaba el aparato como si fuera una pinza metálica por todo su seno. Después con una gran fuerza, se le arrancaba por completo.


La hija del carroñero

Era una estructura metálica con aros y tuercas en el que se colocaba a la víctima. Poco a poco quebraba todos los huesos de la víctima. Fue utilizada principalmente por Elizabeth I de Inglaterra como una gran tenaza. De este modo, la víctima era aplastada gran fuerza que una vez quebradas sus costillas, dislocado su esternón, y rota su columna vertebral, empezaba a sangrar a borbotones por todos los orificios de su cuerpo, así como por los dedos y por la cara.
Por supuesto que existieron otros instrumentos que desbordaban la imaginación del inventor, convirtiéndose en métodos crueles que tenían como único fin, “limpiar el alma del pecador”. Tan simples como el cinturón de castidad con picos de metal para desgarrar al perpetrador o la constante gota que cae en el prisionero por toda la eternidad. Las implicaciones psicológicas y físicas que provocaban eran atroces. Lo mejor de la Edad Media fue que, como sabemos, acabó con el Renacimiento.
No todos los criminales son psicópatas ni todos los psicópatas son criminales. Veamos cualidades de personalidad que evidencian a un psicópata.


El cine, sobre todo el proveniente de Hollywood, nos ha condicionado a asociar psicópatas con asesinos sedientos de sangre, pero veremos que algunos de los rasgos más comunes que se encuentran en las personalidades con un alto nivel de puntaje en la escala psicopática no son específicamente negativos. Quizá te sorprendas al ver que posees alguno de ellos. Los examinamos:

1. Falta de empatía


Un psicópata no puede sentir lo que sienten los demás. Un individuo con personalidad psicópata entiende sus sentimientos pero no los siente. Así, si te ven llorando a causa de la muerte de un ser querido, mostrará cierta compasión, pero no porque sienta una empatía emocional real, sino solo por complacerte o por pura cortesía.

2. Poder de manipulación


Según The Sociopathic Style, el psicópata es capaz de reconocer de qué cuerda debe tirar o qué botón es el que debe pulsar para engañar a otras personas, manipularlas y hacerles creer lo que sea necesario para obtener un beneficio personal sin preocuparse del impacto que esto pueda tener en los demás o en sus sentimientos.

3. Irresponsabilidad


El comportamiento impulsivo y la irresponsabilidad forman parte de su estilo de vida. Un psicópata nunca admitiría sus errores y son capaces de volverse iracundos con cualquiera que les acuse de algo. El objetivo de este comportamiento es conseguir que el que acusa reflexione sobre ello y acabe sintiéndose culpable por haberse quejado o por haberle hecho responsable de algo.

4. Narcisismo


El narcisismo es una cualidad con mucho peso. Los psicópatas generalmente se ven a sí mismos como más inteligentes, más poderosos y más valiosos que cualquier otra persona sobre la faz de la tierra. Suelen tener una extravagante percepción sobre sí mismos, pensando que el mundo gira en torno a ellos mismos.

5. Mentirosos patológicos


La mentira es su arma del día a día. Los psicópatas tienden a mentir continuamente.Sus vidas conforman una interminable tela de araña de mentiras. Las mentiras pueden encuadrarse en muchos niveles: de niveles moderados hasta niveles exacerbados de mentiras.

6. Encanto superficial


Los psicópatas suelen ser encantadores y tener cierto atractivo puesto que su carácter es extrovertido, decidido y valiente. En ningún caso son tímidos ni temerosos de hacer o decir lo que quieran, lo que puede ser malinterpretado como una alta autoestima. Sus miradas siempre son inquisitivas.

7. Falta de remordimientos



Los psicópatas 
no se sienten culpables por el sufrimiento y el dolor que infligen a otros, o por cualquiera de sus acciones en general. La desazón o la pesadumbre no están en su vocabulario.

8. Se aburren con facilidad


Los psicópatas tienen una necesidad irrefrenable de sobredosis de adrenalina, pues se aburren con facilidad, por lo que siempre están buscando situaciones en las que la excitación y la emoción sea el factor común.

9. Acoso o Bullying


Abusones de libro. Los psicópatas suelen hostigar a aquellos que no les aportan algún beneficio, lo que implica que subordinados, ancianos, niños o, en la mayoría de los casos, animales, se conviertan en víctimas. Disfrutan ejerciendo su poder sobre los más frágiles. Intimidar o escupir palabras es lo suyo.

 

10. Poder y control


Ya hemos visto que los psicópatas tienen una necesidad obsesiva por ejercer poder y control sobre otros. Sumado a esto, también son unos obsesos del control. Todo debe hacerse de la manera en la que deseen o han expuesto.


5. Mentirosos patológicos


La mentira es su arma del día a día. Los psicópatas tienden a mentir continuamente.Sus vidas conforman una interminable tela de araña de mentiras. Las mentiras pueden encuadrarse en muchos niveles: de niveles moderados hasta niveles exacerbados de mentiras.

6. Encanto superficial


Los psicópatas suelen ser encantadores y tener cierto atractivo puesto que su carácter es extrovertido, decidido y valiente. En ningún caso son tímidos ni temerosos de hacer o decir lo que quieran, lo que puede ser malinterpretado como una alta autoestima. Sus miradas siempre son inquisitivas.

7. Falta de remordimientos



Los psicópatas 
no se sienten culpables por el sufrimiento y el dolor que infligen a otros, o por cualquiera de sus acciones en general. La desazón o la pesadumbre no están en su vocabulario.

8. Se aburren con facilidad


Los psicópatas tienen una necesidad irrefrenable de sobredosis de adrenalina, pues se aburren con facilidad, por lo que siempre están buscando situaciones en las que la excitación y la emoción sea el factor común.

9. Acoso o Bullying


Abusones de libro. Los psicópatas suelen hostigar a aquellos que no les aportan algún beneficio, lo que implica que subordinados, ancianos, niños o, en la mayoría de los casos, animales, se conviertan en víctimas. Disfrutan ejerciendo su poder sobre los más frágiles. Intimidar o escupir palabras es lo suyo.

 

10. Poder y control


Ya hemos visto que los psicópatas tienen una necesidad obsesiva por ejercer poder y control sobre otros. Sumado a esto, también son unos obsesos del control. Todo debe hacerse de la manera en la que deseen o han expuesto.


5. Mentirosos patológicos


La mentira es su arma del día a día. Los psicópatas tienden a mentir continuamente.Sus vidas conforman una interminable tela de araña de mentiras. Las mentiras pueden encuadrarse en muchos niveles: de niveles moderados hasta niveles exacerbados de mentiras.

6. Encanto superficial


Los psicópatas suelen ser encantadores y tener cierto atractivo puesto que su carácter es extrovertido, decidido y valiente. En ningún caso son tímidos ni temerosos de hacer o decir lo que quieran, lo que puede ser malinterpretado como una alta autoestima. Sus miradas siempre son inquisitivas.

7. Falta de remordimientos



Los psicópatas 
no se sienten culpables por el sufrimiento y el dolor que infligen a otros, o por cualquiera de sus acciones en general. La desazón o la pesadumbre no están en su vocabulario.

8. Se aburren con facilidad


Los psicópatas tienen una necesidad irrefrenable de sobredosis de adrenalina, pues se aburren con facilidad, por lo que siempre están buscando situaciones en las que la excitación y la emoción sea el factor común.

9. Acoso o Bullying


Abusones de libro. Los psicópatas suelen hostigar a aquellos que no les aportan algún beneficio, lo que implica que subordinados, ancianos, niños o, en la mayoría de los casos, animales, se conviertan en víctimas. Disfrutan ejerciendo su poder sobre los más frágiles. Intimidar o escupir palabras es lo suyo.

 

10. Poder y control


Ya hemos visto que los psicópatas tienen una necesidad obsesiva por ejercer poder y control sobre otros. Sumado a esto, también son unos obsesos del control. Todo debe hacerse de la manera en la que deseen o han expuesto.

Muy Interesante