10 de abril de 2018

10 CARACTERÍSTICAS DEL ALCOHOLISMO

Te explicamos qué es el alcoholismo y cuáles son las características principales de esta enfermedad. Causas, consecuencias, tratamiento.

¿Qué es el alcoholismo?
El alcoholismo es una enfermedad que genera la necesidad del consumo de alcohol. Es considerada una adicción puesto que genera dependencia. Por otra parte es una enfermedad crónica; esto significa que no es curable. El alcohol produce en las personas ansiedad. Esta está mediada por la necesidad o deseo del consumo del alcohol.
Se trata de una enfermedad considerada como crónica, progresiva y degenerativa. Se considera que el alcoholismo es una de las enfermedades que ha cobrado mayor fuerza durante el siglo XX. Por tanto se puede decir que una enfermedad social o, más bien, que muestra las debilidades o problemas de la época actual tales como: estrés, depresión, ansiedad, angustia por la falta de inserción en determinado grupo social, laboral, etc.
Si bien está reconocido como un problema que afecta en cualquier edad, se considera que resulta ser más adictiva durante la adolescencia. Por otra parte indistintamente de la edad en la que la persona tenga los primeros síntomas de alcoholismo, arrastrará estos por el resto de su vida dado que es una enfermedad basada en la abstinencia pero sin una cura definitiva.

Características del alcoholismo

  1. Causas y desencadenantes

No se ha podido establecer una causa común. Sin embargo existe una predisposición genética que estadísticamente afecta a personas cuyos padres o hermanos han sido o son alcohólicos.
Por otra parte, se le atribuyen características relacionadas con costumbres sociales y emocionales. Es decir que interviene en factores tanto sociales como anímicos-emocionales que pueden llevar a una persona a la predisposición por la adicción al alcohol. En relación a esto se puede asociar el alcoholismo como una necesidad de aliviar una ansiedad, depresión, estrés, etc.
Según varios estudios, en el 80% de los casos se considera a las personas alcohólicas como pacientes psiquiátricos.
  1. Pérdida del control

Existe una incapacidad por parte de la persona alcohólica para limitar el consumo de alcohol, independientemente del contexto en que se encuentre. La pérdida de control se presenta por el exceso del consumo, la disminución de los sentidos visuales y auditivos, acompañado de una lentificación de las reacciones o reflejos.
  1. Dependencia física

El consumo del alcohol, genera una dependencia física. Es decir, la persona pronto se acostumbrará a ciertos niveles de consumo de alcohol. Por tanto, alcanzar el estado de ebriedad donde los sentidos se alteran y la persona se siente desinhibida, requiere un mayor consumo de alcohol que no se detienen nunca.
  1. Cronicidad

Esto indica que la persona que padece esta adicción, debe abstenerse de por vida incluso luego de muchos años de abstinencia al alcohol dado que, caso contrario, bastará un poco de alcohol nuevamente para despertar el deseo y que la dependencia regrese.

  1. Consecuencias

Las consecuencias del consumo de alcohol se pueden medir en dos grande áreas o grupos. Por un lado se hallan las consecuencias a nivel físico e intelectual. En otras palabras son consecuencias personales. Y por otro lado existen consecuencias a nivel social como resultado de las acciones que el alcohol provoca en la conducta de las personas.
Consecuencias individuales. Estas consecuencias pueden ser (desde la más leve hasta las más complejas o delicadas) las siguientes:
  • Desinhibición al hablar
  • Mareos
  • Vómitos
  • Pérdida del conocimiento parcial
  • Pérdida del conocimiento total
  • Convulsiones
  • Delirium Tremends
  • Coma alcohólico
  • Muerte por alcohol
Consecuencias sociales. A nivel social existen consecuencias; estas son las que afectan a la sociedad como consecuencia de dicho consumo. Algunas de estas son:
  • Agresión física o verbal
  • Destrozos en la vía pública
  • Agresión a otras personas
  • Muerte a terceros por conducción en estado de ebriedad o bien por acción violenta hacia otros
  1. Tipos de alcoholismo

Tipo I: Son personas adultas que consumen grandes cantidades de alcohol en períodos cortos seguido de un período de abstinencia. Esto degenera el aparato digestivo y produce complicaciones hepáticas.
Tipo II: Se presenta mayoritariamente en el período de la adolescencia. El consumo de alcohol en este caso, es progresivo. El comportamiento de la persona que padece este tipo de alcoholismo es violento con posible arresto policial.
  1. La adolescencia y el alcoholismo

Durante la etapa de la adolescencia el grupo de pertenencia de los jóvenes llega a ser de radical importancia y estima para ellos. La aceptación por parte de este grupo se convierte en crucial para los adolescentes. Esto arrastra a los jóvenes a desafiar los límites sociales (y personales) con el solo objetivo de ser aceptados.
En muchos casos, el consumo de alcohol está presente en casi la totalidad de las actividades de esta etapa. En consecuencia se considera que, durante dicha etapa, es posible que el adolescente se convierta en un futuro alcohólico.
Según ciertos estudios, el alcoholismo es una adicción para cualquier período de la vida de la persona pero cuando se inicia durante la adolescencia la misma puede generar adicción cinco veces más que en otra etapa.
  1. Estadísticas

El alcoholismo puede arrastrar a la muerte de la persona que consume como así también puede provocar la muerte de terceros, (por el comportamiento de personas alcoholizadas). Cada año mueren 3,3 millones de personas por cuestiones de alcoholemia alrededor del mundo. Dentro de esta estadística no se ha incorporado el padecimiento de enfermedades degenerativas para el organismo, pero se considera que estas poseen un elevado porcentaje también.
  1. Enfermedades degenerativas

Estas pueden ser: enfermedades del sistema nervioso, cardiovasculares, cerebrales (provocando demencia), sistema digestivo (afecta principalmente las mucosas del estómago y fuerza la función del hígado produciendo cirrosis), cáncer, anemia, entre otras.
  1. Tratamientos

El especialista y médico Antonio Cruz ha indicado que el tratamiento del alcoholismo es muy complejo y debe ser abordado no solo por el paciente  sino también por el entorno del mismo; familia, grupo de amigos, compañero de trabajo, de estudio, etc.
El primer paso por parte del paciente es la aceptación de que tiene un problema que no puede manejar sino, por el contrario, que es alcohol el que lo maneja a él.
El paso siguiente requiere una desintoxicación del organismo. Esto, es conveniente realizarlo con el acompañamiento de un grupo de autoayuda, terapia psicológica y medicación acorde seguida de supervisión. Esta desintoxicación puede durar entre 5 y 7 días.
El paso siguiente es mantener la abstinencia. En esta etapa es indispensable una terapia cognitivo conductual. Además durante esta etapa se utilizan, en ciertos casos, terapias de repugnancia/aversión.
Además parte del tratamiento incluye terapias grupales de ayuda para  reinsertar al paciente de nuevo en su entorno social pero sin la influencia del alcohol en su vida. Para esto existen asociaciones como alcohólicos anónimos.
Por otro lado la información, educación y prevención del alcoholismo resultan ser parte del tratamiento en cualquier etapa en la que el paciente se encuentre. No existe una cura para el alcoholismo, el tratamiento dura toda la vida del sujeto


Fuente: https://www.caracteristicas.co/alcoholismo/#ixzz5CKP1U200

ME DOY PERMISO

Me doy permiso para separarme de las personas que me maltratan, de las que me tratan con brusquedad, con presiones o con violencia.
No acepto la brusquedad ni mucho menos la violencia, aunque vengan de mis padres, de mi pareja, de mis hijos o de cualquier persona.
Los individuos bruscos o violentos, desde este mismo momento, quedan fuera de mi vida. Soy un ser humano que trata con respeto y consideración a los demás. Por tanto, merezco también consideración y respeto.
No he nacido para dar energía a los demás a costa de agotarme yo. Estoy harta de prodigar estímulos con tal de que continúen a mi lado. Mi propia existencia, mi ser, es de por sí valioso. Si quieren continuar a mi lado tienen que aprender a valorarme.
Me doy permiso para no tolerar exigencias desproporcionadas.
No voy a cargar con responsabilidades que les corresponden a otros que se desentienden de sus compromisos. Me doy permiso para no agotarme intentando ser una persona excelente. No soy perfecta.
Asumo plenamente mi derecho a defenderme, a rechazar la hostilidad ajena, a no ser tan correcta como quieren. Asumo, también, mi derecho a poner límites; a establecer barreras que me protejan de algunas personas, sin sentirme culpable. No he nacido para ser víctima de nadie.
La valoración, la aceptación y el aprecio que deben existir hacia mi persona, me los reservo.
 Soy yo quien me valoro, me acepto y me aprecio a mí misma. No necesito que esas consideraciones vengan del exterior. No viviré encerrada o recluida en ninguna casa, ni limitaré mi vida a ese pequeño círculo de personas de las que quieren que dependa.
Me doy permiso también, de saborear las cosas de la vida que mi cuerpo y mi mente pueden asimilar con un ritmo tranquilo. Estoy decidida a profundizar en todo cuanto ya tengo y en todo lo que soy. Con esas pertenencias me basta y aún me sobra.
Y me doy el permiso más importante de todos: el de ser auténtica.
No me impongo la obligación de soportar situaciones y convenciones sociales que agotan y fastidian, que me disgusten y que no desee.
color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;"> Ya no me esforzaré por ser complaciente.
Si alguien intenta presionarme para que haga algo que mi cuerpo y mi mente no quieren hacer, me afirmo tranquila y firmemente diciendo que no. Acostumbrarse a decir «¡No!» es algo sencillo y liberador.
A partir de hoy elijo sólo lo que me da salud y vitalidad. Me siento más fuerte y más serena cuando expreso mis decisiones como una forma de decir lo que quiero y lo que no quiero; y no como una forma de aceptar las elecciones que otros hacen.
No me justificaré: si estoy alegre, lo estoy; si estoy menos alegre, lo estoy; si un día señalado del calendario es socialmente obligatorio sentirse feliz, yo estaré como me dé la gana.
Me doy permiso para estar en una forma en la que me sienta bien conmigo mismo y no como me ordenan las costumbres, las tradiciones o como quieren que me sienta los que me rodean.
De aquí en adelante, lo normal y lo anormal que se manifieste en mis estados emocionales, lo establezco yo.

Qué hacer si tiembla en el metro.

  • Mantén la calma, evita correr, gritar y empujar.
  • Si el personal te lo indica, sigue la ruta de evacuación.
  • Si te encuentras en un andén, repliégate en la pared, no rebases la línea amarilla. Si te encuentras dentro del tren, permanece ahí.
  • No invadas las vías o túneles del tren.
  • No enciendas cerillos o encendedores, los andenes cuentan con luces de emergencias.
  • En caso de ser necesario, si puedes, ayuda a las personas que lo requieran.
  • TecReview
  • MÉXICO, EL PAÍS DE LOS 64 CHILES

    Mesoamérica es el centro y el desarrollo del chile, por ello no es de extrañarse que México cuente con la mayor biodiversidad de este producto a nivel mundial. En 2013, el Sistema Nacional de Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (SINAREFI) lanzó la segunda edición del mapa Diversidad de chiles en México, el cual contempla 64 variedades distintas distribuidas a lo largo del país -aunque se estima que son más de 200 las variedades criollas-. Tan sólo en Oaxaca se encontraron más de 25 tipos distintos.




    mapa diversidad de chiles
    Da click en la imagen para agrandarla y ver la variedad de chiles. // Imagen: SINAREFI

    Durante el Tercer Foro Mundial de la Gastronomía Mexicana en la que los chiles, ajíes y especias han sido el centro de estudio, el investigador del SINAREFI, Porfirio Simón López López, hizo un breve recorrido por los principales chiles de México y su importancia en el país. Por su producción, los de mayor relevancia son el serrano, jalapeño, guajillo y ancho, seguidos por el pasilla, habanero, de árbol y manzano.
    El chile fresco que más se consume en nuestro país es el serrano, un chile fresco pequeño, de forma cilíndrica que termina en punta. Es picante y se come con sus semillas y venas. Su nombre se debe a que se cultiva principalmente en la sierra de los estados de Puebla, Hidalgo, Veracruz, Sonora, Guerrero y México. Se come crudo, cocido, asado o frito y es pieza clave de la salsa verde cruda.




    chile serrano
    Chile serrano. // Foto: Creative Commons

    El chile más picoso del país es el habanero, el único chile que cuenta con Denominación de Origen en la península de Yucatán que comprende los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo, donde son expertos en su cultivo y uso. Maduro es verde pero pasa por tonalidades amarillas, rojizas, amoratadas y anaranjadas. Es el chile más importante en la cocina yucateca, por lo que usualmente acompaña a muchos de sus platillos más tradicionales. Se consume fresco, crudo, asado o cocido.




    habanero
    Chile habanero. // Foto: Creative Commons

    El chile seco de mayor producción en el país es el chile ancho, que es en realidad un poblano maduro y seco que se caracteriza por ser de color rojizo. En general su piel es seca y rugosa aunque debe ser flexible al tacto. Se produce principalmente en los estados de Zacatecas, Durango, San Luis Potosí, Guanajuato y Puebla, donde se usa en los moles y adobos.
    De acuerdo con Porfirio Simón López López, Zacatecas es el estado con mayor superficie dedicada al cultivo del chile seco con cerca de 35 mil hectáreas. Más del 50% de chile seco que se comercializa en el país es de origen zacatecano, por lo que su cultivo genera alrededor de 9 millones de empleos, tanto directos como indirectos.




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    Chile ancho. // Foto: Creative Commons

    Otro de los chiles más consumidos en Mèxico es el chile poblano que, como su nombre lo indica, es originario de Puebla, aunque también se produce en otros estados donde se le conoce como chile gordo, chile para rellenar, chile esmeralda, miahuateco o verdeño. En el estado de México lo conocen como chile jaral, en Colima lo llaman chile pasilla verde o pasilla fresco y chile joto en Aguascalientes. Es de color verde oscuro y se come relleno de carne o queso.
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    Chile poblano. // Foto: Creative Commons
    También conocido como chile cuaresmeño o  “tornachile” en náhuatl, el chile jalapeño es, por lo general, de color verde en tonalidades desde claro al oscuro, aunque es común encontrar algunas variedades rojas que son las menos picantes. Son carnosos y se usan en salsas tanto verdes como rojas. Durante la Cuaresma se rellenan de queso o atún.




    jalapeno
    Chile Jalapeño. // Foto: Creative Commons

    Contrario a lo que se podría pensar, el chile de árbol no crece en un árbol sino en un arbusto muy grande. En San Luis Potosí se le conoce como “Chile Bravo” y existe además una variedad llamada “Cola de Rata” que se distingue por ser más largo. Fresco es de color verde y a medida que comienza a madurar toma tonos rojos, hasta alcanzar completamente este color.




    chilearbol
    Chile de árbol. // Foto: Creative Commons

    Otros chiles frescos populares en el país son el chile de bola o trompita, catarina, costeño, chilaca, guajillo, güero, largo, manzano o perón y el pimiento. Entre los secos más utilizados se encuentran el chile bolita, cascabel, chicostle, chilhuacle y el mora.
    Animal Gourmet

    LA IMPORTANCIA DE “LO QUE DIGO” Y “CÓMO LO DIGO". Para los que hacen bromitas, esos agresivos pasivos.

    "No te van a querer ni los perros", era la frase que ella siempre usaba para retar a sus hijos cuando se portaban mal. Primero, venía el pellizcón, y después, como de remate, esta frase punzante, aguda. Seguramente, si le preguntan, ella los educó con amor. Y en nombre del amor, dijo frases comoestas...

    "¿Quién quiere otra torta de jamón?", preguntó Carlos en el cumple de su hija. Ella estaba festejando sus 19 y él se había ofrecido de asador. "¿Quién quiere otra torta de jamón?", insistió. "Vos no, mi amor, que estás muy gorda", fue la frase que disparó delante de todos sus amigos. Ella se puso roja de vergüenza, un nudo enorme le cerró la garganta y no comió más. Se levantó despacio y la soledad de su cuarto adolescente fue el mejor refugio hasta la madrugada del día siguiente. El padre murió preguntándose qué hizo mal esa noche.

    "Vamos, no seas mariquita", le dijo su profesor de natación cuando él –que en ese momento tenía 6 años– pidió una toalla al salir de la pileta porque tenía frío. Y todos sus amigos empezaron a reírse. "Mariquita, mariquita", le gritaron. Y el profesor, lejos de hacerlos callar, los alentó. Nunca más volvió a nadar. (Y nunca, en 34 años de vida, apoyó sus labios en los labios de una mujer.)

    "Eres un elefante dentro de la clase", le dijo su profesora de Dibujo el primer día del primer año del secundario. Ella venía de un primario impecable, donde Dibujo era su materia preferida. Y era, para hacer honor a la verdad, una joven promesa. Ese año, se llevó Dibujo a diciembre. Volvió a dibujar 28 años después, cuando –terapia mediante– descubrió cuánto la había inmovilizado esa frase.

    El Perito Moreno fue el lugar elegido para festejar sus 10 años de casados. Caminata por el glaciar, todos los turistas en hilera para no resbalarse. Ella iba delante; él, detrás. "Tu culo me tapa todo el sol", fue la frase que eligió él para hacer un chiste. Y no entendió por qué esa noche ella se encerró en el baño a llorar.
    Son frases que no te matan, pero te marcan para toda la vida. Frases de mierda. No importa cuántas horas de terapia le dediques a deshacerlas, ellas están ahí... rondando, para reaparecer sin previo aviso. Son frases que, cuando las contás, te parece que estás exagerando, que no pudieron ser así, que quizá las recordás mal... Entonces descubrís la crudeza de esas palabras.

    Lo bueno es que un día, porque ese día –créanme– finalmente llega, te sacas uno por uno todos los puñales que te clavaron en el cuerpo y en el alma, te haces un sana, sana, colita de rana y descubrís que no fueron dichas con odio, que los responsables de escupirnos tamañas frases son seres que cargan, a su vez, con otras frases. Y entonces llega el perdón. Y perdonamos. Más adelante –bastante más adelante– viene la compasión. Es ahí cuando volvemos a sentirnos felices, con ganas de caminar sobre el Perito Moreno más allá del tamaño de nuestro culo, de nadar y gritar: "Tengo frío, tráeme una toalla", de hacer una lista con toda la gente que te quiere. Porque no solamente te quieren los perros...

    Tratemos de pensar antes de hablar... ya que las PALABRAS QUE DUELEN tardan muchos años en salir del corazón del otro, y hasta a veces no salen...

    (Desconozco autor…)