27 de septiembre de 2008

UNA PROMESA NO CUMPLIDA


Un 11 de enero salí del baño y al dirigirme a mi recámara me encontré con mi papá, de dije al mismo tiempo que lo abrazaba:
-¡Muchas Felicidades papá!
El me devolvió el abrazo con gran fuerza y besándome la mejilla, contestó a mi felicitación:
-Muchas gracias hija, y ojalá vivas mucho para que me cuides y no me pase nada.
Yo le contesté (sin saber lo que el destino nos preparaba)..
-Sí papá, "te prometo que no me voy a morir y siempre te voy a cuidar".
Ese día se reunió toda la familia para festejar al "abuelo Chucho".
La vida siguió su camino, el tiempo su curso y recuerdo que un día del maestro (15 de mayo) recibí la llamada que esperaba.
-Rocío, papá tiene cáncer, cáncer en el páncreas, el doctor dice que es el más agresivo y lo tiene ya muy avanzado.
En ese momento todo a mí alrededor se borró, estaba en un inmenso desierto sola, me sentía como una niña desamparada y perdida sin saber que hacer, mi mente por segundos quedó en blanco. Sabíamos que papá estaba enfermo, pero no esperábamos ese diagnóstico.
Mi hermana con voz de preocupación me sacó de mi estado.
-Rocío, nos vemos en la casa.
Aunque iba con Pedro (mi esposo) no se como llegué. En casa ya estaban todos mis hermanos con mi madre y fue ahí, en ese preciso momento, donde empezó el doloroso calvario para mi padre y también para toda su familia de alrededor.
Los días (como un implacable verdugo) pasaban lentamente, como queriendo hacer más largo el sufrir de mi padre. Yo veía con tristeza y desesperación como se iba acabando poco a poco su vida, sin emitir quejido o lamento , se mostraba como el más aguerrido capaz de hacerle frente al dolor, parecía que él quería evitarnos un dolor más grande. Yo siempre me sentí la persona más impotente, incapaz de poder aminorar sus dolores y su padecer .

El falleció el 30 de mayo (quince días después) en su casa y rodeado de sus seres mas queridos.

Han pasado ya 10 años de su muerte y aunque lo acompañé, lo cuide y no me separe de él hasta que poco a poco llenaban su tumba con tierra, no puedo superar este sentimiento que me dejó esta "promesa no cumplida".

Reciban saludos y hasta pronto

2 comentarios:

  1. Yo creo que te equivocas, porque la promesa fue cumplida en abundancia. Estuviste con él en todo momento hasta al final y yo creo que pudo sentir muchas cosas como dolor y miedo pero NUNCA se sintió abandonado.

    ResponderBorrar
  2. Pienso lo mismo q mi hermano... y estoy seguro q el abuelo Chucho pensaría lo mismo... Prometist siempre cuidarlo, e hicist eso... y mucho más... Siempre lo cuidast hasta el último momento... Y siempre estuvist a su lado...

    P.D. Tambn stoy haciendo un blog, lo puedes ver en mi perfil...

    ResponderBorrar