25 de marzo de 2011

La mitomanía o ser mentiroso patológico:

Es un impulso irrefrenable de mentir, no es en sí una enfermedad (aunque hay profesionales de la salud mental que ya la consideran una enfermedad) pero si es un síntoma de que esa persona psicológicamente no está bien. Los especialistas comentan que el mitómano tiene una tendencia patológica a deformar la realidad. Se miente pensando se ganará prestigio, se mejorará la imagen que los demás tienen de él. Se puede mentir para manipular a las personas o por hacer daño. No es algo inofensivo. Tiene efectos negativos sobre quien la padece y sobre quienes la sufren. El mitómano comienza a perder credibilidad entre su entorno. Un estafador con esta predisposición es una persona peligrosa, el engaño para lograr bienes o dinero



La mitomanía no es inofensiva. Al contrario, tiene una serie de efectos en distinto nivel. En el plano social, el mitómano comienza a perder credibilidad y se lo categoriza como el “cuenta cuentos”. A nivel familiar, es visto como una persona poco confiable y desde el punto de vista de las amistades, éstas tienden a alejarse o bien la persona termina apartada del grupo. El peor escenario es cuando la mitomanía afecta a terceras personas. Esto ocurre cuando la “manía” de mentir está presente en personalidades antisociales, principalmente en estafadores. En ellos, el “modus operandi” del delito es el engaño para conseguir dinero o bienes. Hay casos emblemáticos y el falso Rockefeller es uno de los más famosos del mundo.

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