10 de diciembre de 2011

MI CUMPLEAÑOS

¡¡Hola!!, estas líneas son para recordarte que nos acercamos nuevamente a la fecha de mi cumpleaños. Y como todos los años, se hará una gran fiesta en mi honor. Lo que espero de corazón es que este año no suceda lo mismo de siempre. Ah, no te enteraste... Paso a contarte.
En estos días la gente hace muchas compras, hay anuncios en la radio, en la televisión y, en todas partes, no se habla de otra cosa: la navidad. La verdad, es agradable saber que, al menos un día del año, algunas personas piensan un poco en mi. Como tú sabes, hace muchos años empezaron a festejar mi cumpleaños, pero hoy en día nadie sabe para qué lo celebran. La gente se reúne y se divierte mucho, pero no sabe de qué se trata.
Recuerdo el año pasado, al llegar el día de mi cumpleaños, hicieron una gran fiesta en mi honor. Había cosas muy deliciosas en la mesa, todo estaba decorado y recuerdo también que había muchos regalos; pero. ¿sabes una cosa? Ni siquiera me invitaron. Yo era el invitado de honor y ni siquiera se acordaron de invitarme. Primero pense que con tantos preparativos se habrían olvidado. Pero cuando llegó el gran día me dejaron afuera, me cerraron la puerta... Aunque yo quería compartir la mesa con ellos. Un secreto, no me sorprendí, porque en los últimos años la mayoría me ha cerrado la puerta.
Se me ocurrió estar sin hacer ruido. Entré y me quedé en un rincón. Estaban todos bebiendo, comiendo, algunos contaban chistes, se reían. La estaban pasando en grande. De repente, llegó un señor gordo vestido de rojo, de barba blanca y gritando ¡jo-jo-jo-jo!. Se dejó caer en un sillón y todos los niños corrieron hacia él, diciendo: ¡Papa Noel! ¡Papa Noel! .
Llegaron las doce de la noche y todos comenzaron a abrazarse; yo extendí mis brazos esperando que alguien me abrazara y... ¿sabes?. Nadie me abrazó...
De repente todos empezaron a repartirse los regalos, uno a uno los fueron abriendo, hasta que se abrieron todos, me acerqué para ver si de casualidad había algo para mí, una carta, una palabra de amor, algún pedido, alguna oración ... . Pero no... ¿Qué sentirías si el día de tu cumpleaños nadie se acordara de vos?.
Comprendí entonces que debía irme de esa fiesta, salí sin hacer ruido, cerré la puerta y me retiré con la firme convicción que al año siguiente volvería.
A esta altura te estarás preguntando ¿por qué me cuenta esto a mi, yo que tengo que ver?. Necasito de tu ayuda. Quiero que en esta Navidad todos me dejaran entrar en sus vidas, en sus corazones, quisiera que reconocieran que hace más de dos mil años vine a este mundo para dar mi vida por todos en la cruz y de esa forma poder salvarlos; que como dice un gran amigo mío que se llama Juan Pablo II mi cumpleaños es "... una señal de esperanza para toda la familia humana: señal de paz para cuantos sufren a causa de todo tipo de conflictos; señal de liberación para los pobres y los oprimidos; señal de misericordia para quien se encuentra en el círculo vicioso del pecado; señal de amor y de consuelo para quien se siente solo y abandonado". Como verás no puedo dejar a todos lo hombres y mujeres de buena voluntad sin este gran regalo. Necesito de ti para comunicárselos a todos los que todavía no lo saben o no lograron comprenderlo.
Gracias y hasta pronto... Jesús

No hay comentarios.:

Publicar un comentario