22 de septiembre de 2012

HIJOS TRIUNFADORES

Luís Baba Nakao (Marzo de 2007)

Hace unos siglos un famoso pensador griego dijo:
 'Lo único permanente es que vivimos en un mundo de cambios'
Debemos preparar a nuestros hijos para el mundo del
 futuro,  no el mundo de nuestros padres ni el nuestro. En
 este  mundo  actual lo determinante para triunfar será el
 carácter,  no exactamente el conocimiento, como
 muchos pudiéramos  creer.
Tener temple, salir de fracasos adecuadamente, hacer
 de los  fracasos un desafío y no una tragedia...,
eso será lo que buscarán los seleccionadores de personal.
Para los trabajadores independientes será un auto requisito.
Un hijo forjará carácter si percibe claramente
 la autoridad  de los padres.
Con presencia de autoridad los niños y jóvenes a su vez
 actuarán con autoridad para resolver sus problemas;
 actuarán por determinaciones.
Sin presencia de autoridad nuestros hijos serán débiles de
 carácter y actuarán  por impulsos con los consecuentes
 problemas de adaptación.
¿Exceso de autoridad? Siempre será mejor exceso que falta de
autoridad. El límite de autoridad lo pone la siguiente regla: 'La
autoridad no debe humillar'. Básicamente lo que es el niño o el
joven hoy será el adulto del mañana. De vez en cuando hay que
mirar al hijo como un adulto potencial.
Queremos que nuestros hijos no sufran? Entonces hay que
prepararlos para sufrir. No podemos estarle evitando todo el
tiempo todo posible sufrimiento ¿si no cuándo aprenderá?
¿ Debe comprender la muerte, los problemas de la vida,
 los  problemas en el trato de sus congéneres.
No debemos resolverles todos los problemas,
 hay que ayudarlos a que poco a poco los resuelvan
 ellos mismos.
Nadie logra metas exitosas y duraderas sin un poco de sufrimiento.
¿Alguien imagina a un campeón de atletismo que
no sufra para lograr sus marcas?
 Eso se aplica a todo tipo de campeón y a
todo tipo de actividad.
Siempre hay que pensar que, en parte, no queremos
 que ellos sufran para no sufrir nosotros, pero les
 hacemos  un daño con miras al futuro.
Hay que enseñarles a hacer ESFUERZOS SUPLEMENTARIOS.
 Que sepan que siempre se puede un poquito más.
Recuerda que nadie recoge su cosecha sin sembrar
 muchas semillas y abonar mucha tierra.
Es muy importante enseñarles a carecer, es decir a 'sentir
 la falta de' y arreglárselas por sí mismos.
Hay chicos que no juegan su deporte si no tienen tenis
de 'marca'. Si no aprendes a carecer no aprendes a
 arreglártelas.  Aunque tengamos para darles el 100%,
 los chicos deben saber  el valor de las cosas. Si no lo hacen
de chicos  les será muy  difícil de adultos y allí sí que
 van a sufrir y nosotros también con ellos.
¿Cómo les enseñamos a carecer? ¡Dándoles un poquito
  menos de lo que necesitan! ¡No hay otra manera! Si no
 ¿cómo sienten  la falta de? Así aprenden a apreciar lo que tienen.
 Aprenden a no ser gratos.  Aprenden a gozar de la vida porque
 muchas veces se goza en las  cosas sencillas.
Aprenden a no ser quejosos.
Una excelente escuela para aprender a carecer (sin morir en
 el intento) es la mesa del hogar, la comida. ¿Qué debemos darles
 de comer? ¡Lo que nosotros decidamos que es bueno para ellos!
 Es no sólo por su bien estomacal, sino que es una excelente forma
 de que aprendan a carecer, que no sean ingratos, que no sean
 quejosos. 'Mami... no me gustan las lentejas'. Si quieren hacerles
 un  bien  para la vida, denles las lentejas.
Habrá berrinches, no se exalten (autoridad no es gritar), que no
coma si no quiere, pero cuando le vuelva el hambre: ¡SORPRESA! ...
 ¡Las lentejas del refrigerador calentadas!
Parece increíble, pero si no hacemos este tipo de cosas no se
podrá adaptar. La comida es una buena escuela del carecer,
pues así no serán quisquillosos en sus relaciones sociales, en
el trabajo y en el mundo real.
También hay que educarlos en el servicio. Una familia normal
 es un equipo de trabajo con pocas tareas: tender la cama,
 limpiar los cuartos, lavar los
platos, pintar la casa, etc. Hay que educarlos para que realicen
 labores de hogar, aunque lo hagan mal al principio. Si no hacen
 este tipo de servicios luego tendrán problemas. Las escuelas más
 importantes de liderazgo del mundo enseñan a los jóvenes a carecer,
 para que sepan y entiendan el mundo y lo puedan liderar.
Mesadas? Que sean una cantidad fija, más bien, semanales y
algo menos de lo que creen que necesitan. Así aprenden a
administrar el dinero. Claro que se deben aceptar excepciones,
pero conversadas serenamente.
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Construyamos hijos luchadores, no debiluchos
sobreprotegidos. Que se superen a sí mismos. Que tomen
 los problemas como desafíos para mejorar.
Recuerden que nadie alcanza altura con un solo vuelo.
Hay que ilusionarlos con ideales, metas futuras, sueños para que
sean buenos de corazón.
Importante también es estar convencidos de que triunfador no
equivale a tener 'dinero o propiedades'
Triunfadores son aquéllos que son felices con lo que
hacen, con su vida. Solamente así podrán hacer
felices a otros.
Los hijos con carácter templado, conocimiento del carecer,
educados en el servicio y plenos de amor e ilusiones serán
hijos triunfadores.
Los padres tenemos la gran responsabilidad de criar hijos
que transformen nuestro país, en uno donde reine la libertad,
la abundancia, la justicia y sobre todo la felicidad.

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