1 de enero de 2013

Almuerzo con Dios...

 Un niño pequeño quería conocer a Dios.
Sabía que tendría que hacer un largo viaje para llegar hasta

 donde Él vive, así que guardó en su maleta pastelitos de
chocolate y refrescos de fruta…
Y empezó su andadura.


Cuando había caminado unashoras, se encontró con una mujer anciana.
Estaba sentada en un banco del parque,sola, contemplando en silencio

 algunas palomas que picoteaban migajas de pan que ella les arrojaba.

 El niño se sentó junto a ella y abrió su maleta.
Comenzó a beber uno de sus refrescos cuando notó que la anciana le

 miraba, así que le ofreció uno de ellos.

 Ella agradecida lo aceptó y le sonrió.
Su sonrisa era muy bella, tanto que el niño quería verla de nuevo, así
 que le ofreció entonces uno de  sus pastelillos.
De nuevo ella le sonrió. El niño estaba encantado, y se quedó toda la
 tarde junto a ella, comiendo y sonriendo, aunque sin hablar una palabra.

 Cuando oscurecía, el niño se levantó para irse.
Dio algunos pasos, pero se detuvo; dio vuelta atrás, corrió hacia la

 anciana y le dio un abrazo.
Ella después de abrazarlo, le dedicó la más grande sonrisa de su vida.


 Cuando el niño llegó a su casa, su madre quedó sorprendida de la cara
 de felicidad que traía.
Entonces le preguntó:
-"Hijo, ¿qué hiciste hoy que te hizo tan feliz?".
El niño le contestó:"
¡Hoy almorcé con Dios!"...
Y antes de que su madre reaccionara, añadió:
-"Y ¿sabes? ¡Tiene la sonrisa más hermosa que nunca he visto!"


Mientras tanto, la anciana, también radiante de felicidad, regresó a su casa.
Su hijo se quedó sorprendido de la expresión de paz que reflejaba en su

 cara, y le preguntó:
-"Mamá, ¿qué hiciste hoy que te ha puesto tan feliz?“. La anciana le contestó:
-"¡Comí pastelitos de chocolate con Dios, en el parque!"...

Y antes de que su hijo respondiera, añadió:
-"Y ¿sabes? ¡Es más joven de lo que yo pensaba!" …

• Moraleja:

Con frecuencia, no damos importancia al poder de un abrazo, de una
 palmada en la espalda, de una sonrisa sincera, de una palabra de aliento,
de un oído que escucha, de un cumplido sincero, o del acto más pequeño

 de preocupación...
Mas todos esos detalles tienen el mágico poder decambiar tu vida o la de

 los demás, de darle un gran giro y hacerla feliz.


Todas las personas llegan a nuestras vidas por una razón,bien sea por un
 tiempo o se quedan para toda una vida.
¡Recíbelos a todos por igual!


¡¡¡ AH, Y NO OLVIDES ALMORZAR SIEMPRE CON DIOS...!!!

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