La mente discrimina entre distintas alternativas para generarlo.
El cuerpo lleva a cabo con decisión el deseo.
Cuando el cuerpo, la mente y el alma crean juntas, en unidad y armonía, tu presencia divina rige tu existencia.
- Mabel Iam -
Si deseas gozar de un auténtico y creciente éxito, con el dinero, negocios y en tu vida personal debes pensar que:
Tú eres el director y único responsable de tu posición y situación actual y de todo lo que te sucede.
¿Por qué te conviene cultivar cada día esta afirmación, hasta convertirla en parte de tu filosofía de vida?
Cuando comprendes y te percibes a ti mismo como el responsable y director de tu situación y de todo lo que te sucede en la vida, tanto fuera como dentro de tu mundo interno y externo. Te conviertes en una víctima del entorno.
Entregas el poder a los demás. Tú eres el universo que crea, trasforma y cambia las cosas.
"Cuando pones fuera de ti toda responsabilidad también estas dejando fuera el poder de actuar y controlar a tu destino. Abandonando todas tus posibilidades de mejorar y crecer"
Cuando asumes la total responsabilidad de tu realidad sin proyectar tus limitaciones, excusas y problemas afuera. , cuando comienzas a asumir que esas experiencias que estás viviendo, son el resultado de tus creencias y percepciones, se abre ante ti un mundo de nueva posibilidades. Entonces, estarás en condiciones de planificar y actuar desde tu fuente interna de prosperidad y amor.
En ese momento no usaras ninguna excusa como se explico en el segmento anterior, tú serás el creador y responsable de tu vida.
Así, nace en tu interior una nueva manera de pensar, de nuevas creencias y percepciones sobre el mismo tema o problema. Tendrás a tu paso los caminos libres y aparecerán todas soluciones, que hasta entonces, no conocías, pero no es que no estaban presentes simplemente, no existían para ti.
Practicar el poder
Realiza este sencillo y práctico ejercicio. Identifica un (1) obstáculo o problema que actualmente te esté causando algún tipo de inconveniente, algún problema que te recuerdes una y otra vez. Una vez lo tengas (sólo uno) dedica 10 o 15 minutos a estar en silencio y tranquilidad, reflexionando sobre el problema, pero sólo limítate a repetirte a ti mismo lo siguiente:
Yo soy el único responsable de (el problema, sea relación con otros, dinero, o una limitación personal que deseas transformar) y no hay nada, ni nadie a quién culpar. Pero ahora tengo el poder de solucionarlo y buscar nuevas vías de salida... ¿qué podría hacer para resolver (el problema)? ¿Qué otras vías de solución podría experimentar?... Y todas las preguntas que, como estas, se te ocurran hacerte.
Esta afirmación será una llave perfecta para abrir nuevas e insospechadas posibilidades de comprensión. Al final comprenderás que el problema fue creado por tu propia mente y percepción.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario