14 de septiembre de 2013

Quiero reflejarme feliz en el espejo

Laura todas las mañanas, frente a su reflejo, en el baño de su casa:
Espejito espejito  ¿¿Por qué tengo estas arruguitas??
Espejito, espejito ¡¡Cada vez mi colita esta mas caída!!
Espejito Espejito ¡¡Como crece día a día mi barriguita!!
A lo que mágicamente, un día, él le contesto:
-Basta Laura, ¡me tienes harto! Estoy agotado de escuchar tus quejas. ¡Es lo único que haces! ¡Criticarte todo el día! Contar los surcos en tu cara. Mirar como se te notan las libras de más. Criticarte, destruirte. ¡Eres insoportable!
Laura se quedo anonadada. Y se fue a trabajar con lágrimas en los ojos. ¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué comenzaba así sus días? ¿Por qué esa exigencia consigo misma? ¿Por qué no envejecer en paz y regalarle a su amigo espejo una sonrisa?
¡Al día siguiente decidió cambiar el discurso!
-Espejito, espejito. Hoy te deseo que tengas un hermoso día. No voy a mirar mis pechos caídos. Me vestiré hermosa para resaltarlos. - Él, aparentemente ofuscado, no contesto nada. Pero ella le dejo un beso con su rouge rojo y se fue a trabajar!
Al día siguiente, le volvió a hablar
-Espejito, espejito. Hoy no voy a quejarme porque los jeans no me entran. Me pondré un pantalón que me quede muy bien y comeré sano a la hora del almuerzo. –Pero él siguió sin responder.
Así pasaron semanas. Laura cada día saludaba a su reflejo con una sonrisa. Sus amigos la veían mejor. Más animada, más jovial. De pronto sus días parecían siempre soleados, alegres.
-Espejito, espejito, hoy te dejo otro besito.  Y con su rouge rojo nuevamente saludo a su amigo
-Chist! Chist! – La llamo él, mientras ella ya casi estaba fuera del baño. – Ven que quiero decirte algo.
Ella se acerco tímidamente y viéndose a sí misma escucho  atenta:
-Estás muy bella hoy. No te has dado cuenta, pero  esos jeans que tanto querías usar de seguro te entran, tu cabello creció  y se ve fuerte como tu corazón. Nadie se va a fijar en tus arrugas, porque tu sonrisa es tan grande que las esconde.  Y te volviste tan alegre saludándome con positivismo cada mañana, que pareces una adolescente. Laura acaricio dulcemente su imagen y  con una canción se fue a trabajar.
Seamos buenos con nosotros mismos. Empujemos para que la tristeza, el estrés y la exigencia salgan de nuestro cuerpo. Así sea con una sonrisa quizás un poco falsa la primera mañana.  Pero después, poco a poco, verán como los dientes pelearan por un lugar de primer plano y ganaran la batalla para dejar  un feliz reflejo en espejo del baño.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario