Las finas, blancas y redondas obleas que representan el Cuerpo de Cristo en la Eucaristía
no son otra cosa que discos de pan ázimo, es decir, que en su elaboración no se ha
utilizado levadura.
Normalmente, este pan eucarístico es fabricado de forma artesanal por los
propios sacerdotes y monjas, aunque también existen panificadoras
especializadas en su elaboración.
La receta de las hostias es muy sencilla: agua y una mezcla de harinas
de diferentes variedades de trigo. Una de ellas, rica en gluten, es la
que da a la Forma su textura acorchada.
La masa previamente extendida se calienta entre dos planchas a 170 ºC,
para que el agua se evapore. De este modo, se obtienen láminas de
pan seco y crujiente que son apiladas y humedecidas con agua.
Luego, con un corta masas especial se cortan las
hostias propiamente dichas, que se dejan airear durante 5 o 6 días,
antes de ser empaquetadas. Muy Interesante
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