22 de diciembre de 2013

Las Fantasías Sexuales. ¿Tienen o no sentido?

Por Silvina Belmonte

Fantasias Eroticas: 
“Sentí como su mirada penetrante me desnudaba... Hipnotizada me dejé llevar con su pelvis apretada a la mía en un baile frenético, sintiendo el latido de su pene a punto de explotar dentro de sus pantalones y mis jugos corriendo por mis piernas...”
Y abriste tus ojos, suspiraste y continuaste con tu rutina.
Las fantasías eróticas nos abren las puertas a vivir a través de la imaginación experiencias de éxtasis en un  marco de seguridad y control.  Fantasear es parte de la experiencia humana, es una forma de auto hipnosis  que nos puede ayudar a conectarnos con nuestra sexualidad. Las fantasías nos permiten ser los guionistas, directores y actores de nuestra trama, sin peligros externos.  La fantasía sexual es la mejor compañera a la hora del autoerotismo, y en una relación de pareja basada en la confianza mutua y la aceptación, el compartir y en muchos casos actuar fantasías puede ser altamente erótico.
Fantasía Sexual
Compartir y jugar las fantasías ayuda a crear un nivel mas profundo de intimidad y le agregan a la relación el misterio que tal vez con el paso del tiempo fue perdiendo. 
El mundo de las fantasías es tan basto y variado como la imaginación lo permite.  Nos permiten expresar una parte del ser, usualmente asociado con lo prohibido, el tabú, con total libertad. Aunque te parezca insólito,  la fantasía sexual más común, es revivir los buenos momentos que  pasamos juntos.  El hombre enamorado piensa en  su compañera y disfruta recreando los juegos sexuales que goza con ella e imagina las aquellos otros que la harían volverse loca con él. Tal vez sientes que no puedes,  o sí tienes fantasías, pero te mueres antes de contárselas. 
Aprende a darte un espacio en tu agenda agitada, desconecta el celular, no atiendas la puerta, olvídate del mundo por media hora.  Acuéstate en tu cama, sofá, o acomódate en tu sillón preferido.  Cierra los ojos y relájate, respirando lenta y profundamente. Imagínate que estás un tu paraíso personal, hazte una fotografía mental de tu playa preferida o tu dormitorio de las mil y una noches.  Recrea en tu mente detalle por detalle una escena erótica que ya hayas vivido y disfrutado a rabiar, o si esto no te pasó, una que te haya impactado de alguna película o libro que hayas leído. Recorre en tu mente la escena mientras acaricias tu cuerpo, tus pezones, tu vientre, y llegas a tu vulva, sintiendo que es él.  Auto complácete viviendo en tu video mental un sexo caliente y no pares hasta llegar a un orgasmo explosivo. 
Fantasías eróticas para compartir con él
Ármate de un trajecito de enfermera y sorpréndelo esta noche.  La fantasía del paciente y la enfermera es una de las más atractivas para ellos, ya que los remonta a sus deseos infantiles de ser atendido en una posición pasiva, de vulnerabilidad donde vos estás a cargo de sus cuidados físicos y emocionales. 
Lentamente abre sus pijamas o boxers, bájalos hasta que se revele su genitalia.  Acércate seductoramente para que  huela tu perfume intoxicante, se encuentre con tus lolas provocativamente expuestas y sienta el roce de tu pelo suelto.  Juega a que inspeccionas su herida y como sin querer tocas su pene. Mientras sigues jugando a la cura, bajas tu cabeza y lo sorprendes con una buena fellatio, lenta, rítmica, te alejas y sigues "curando" para volver a atacarlo con tu boca.  Tu respiración muestra tu propia excitación, que te lleva a montarte en éxtasis sobre él y a gritar por el placer de su pene dentro tuyo. Sin decir nada, te levantas, lo vuelves a cubrir, arreglas tu uniforme y dejas la habitación, dándote vuelta para entregarle una sonrisa pícara.
Te puedo asegurar que al otro día, él será tu esclavo.

Silvina Belmonte LMHC 
Licensed Psychoterapist. Diplomate Certified Clinical Sexologist. Corporate Consultant. silvinabelmonte.com/blog

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