18 de octubre de 2009

Mi vieja casa.

Esta es la historia de una señora casa que muy gustosa albergaba a una numerosa familia, formada, por siete hermanitos, papa y mamá.
Doña casa se sentía feliz con sus huéspedes, a algunos los recibió muy pequeños , otros nacieron bajo su abrigo, ella se divertía al ver como los niños jugueteaban y corrían en su interior y en su patio, le alegraba ver con qué deificación papa y mamá los cuidaban y querían ....los días llegaban, las noches se iban y con el paso del tiempo ellos fueron creciendo, siempre acogidos con cariño entre las paredes de aquella feliz casona qué no perdía oportunidad para ver como día a día esos pequeños niños dejaban poco a poco en el pasado su infancia, siendo siempre testiga fiel de sus primeros triunfos, de su primer amor y de sus infortunios.
El tiempo siguió su paso y aquella casa fue envejeciendo, primero perdió el brillo del suelo, el aplanado de la pared se fue desprendiendo, después la firmeza de su techo fue cediendo , y por ultimo la humedad hizo de las suyas, tomando posesión de todo lo qué veía y al mismo tiempo de está gran tragedia,uno a uno de los siete hermanos fue tomando su camino , hasta que la señora casa de pronto se vio vacía.
Este drástico y triste cambio de su visda ella lo tomó con aplomo, se quedó pensando un largo rato y concluyó para si misma...
-¡Ha terminado la misión de mi vida!
-¿Estoy satisfecha?....
-¡ Claro que lo estoy!
Si me quede con las risas y las voces de los pequeños qué vi crecer....
También atesoré las huellas de sus piecitos en el piso de toda la casa ... Mmmm! y esa dulce mezcla de chocolate caliente, caritas sucias y travesuras, esencia de mis siete niños flotando por toda la casa....pensando esto,cerró sus ventanas y con una gran sonrisa se quedó dormida.
Rocío romero Kuhliger.

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