14 de diciembre de 2010

SOY ADOPTADO

El deseo de saber es algo inherente al ser humano. Es perfectamente comprensible que los adoptados tengan preguntas y dudas sobre el modo en que comenzó su vida. Y tienen derecho a conocer la información sobre sus orígenes. Si eres adoptado y te corroe la necesidad de saber, no deberías sentirte culpable por ello. Cuanto más entendemos nuestro pasado (y a las personas que jugaron en él un papel importante), más fácil nos es a todos sentirnos a gusto con nosotros mismos.

La primera fuente de información deberían ser los padres. Sin embargo, y aunque en los últimos años se ha avanzado mucho en la comprensión del derecho a saber, puede que en tu familia el tema nunca haya sido tratado. Tal vez tus padres se sientan (o se sintieran) amenazados por la simple mención de tu familia de nacimiento. Después de todo, crecieron oyendo cientos de veces aquello de "madre no hay más que una".

Puede que para ellos no sea fácil entenderlo, pero tú deberías tener muy claro que no estás traicionándoles por pensar, preguntarte o buscar información sobre tu familia biológica. Con mayor o menor fortuna, ellos han llevado a cabo su papel de padres desde el momento en que llegaron a tu vida, y eso no va a cambiarlo nada. Tener curiosidad por las personas que nos trajeron al mundo, y con las que compartimos nuestro bagaje genético, no es un ataque ni una amenaza contra nadie. Tu curiosidad es lógica, sana y natural, y no deberías sentirte desleal.

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