3 de marzo de 2011

Acerca del cáncer de próstata

La glándula prostática, parte fundamental del sistema reproductor masculino, está estrechamente vinculada con el sistema urinario. Es una pequeña glándula que segrega gran parte de la porción líquida del cemento, fluido lechoso que transporta los espermatozoides a través del pene durante la eyaculación1.


La próstata se ubica justo por detrás de la vejiga, donde se almacena la orina, y frente al recto. Rodea una parte de la uretra en una forma parecida a una rosquilla. La uretra es el conducto que transporta la orina desde la vejiga hacia fuera del cuerpo a través del pene. Durante la eyaculación, la próstata secreta semen a través de pequeños poros que existen en las paredes de la uretra2.

La próstata está compuesta por tres lóbulos encerrados en una cubierta exterior o cápsula. Por el otro lado, está flanqueada por las vesículas seminales, las cuales son un par de glándulas con forma de sacos que aportan secreciones al semen. Junto a las vesículas seminales van los dos vas deferens, los cuales son los conductos que transportan el esperma desde los testículos. Además de fabricar el esperma, los testículos producen testosterona, que es una hormona sexual masculina que controla el crecimiento y funcionamiento de la próstata3.

Las hormonas masculinas hacen que la glándula prostática se desarrolle en el feto y siga creciendo a medida que el niño pasa a la adultez. Si los niveles de las hormonas masculinas son bajos, la glándula prostática no se desarrolla hasta su tamaño completo. En los hombres mayores, suele ocurrir que la parte de la próstata que rodea la uretra sigue creciendo. Esto causa hiperplasia prostática benigna (BPH, por sus siglas en inglés), la cual puede causar problemas para orinar4.

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