débilmente en la banca del patio, no se movía.
Solo estaba sentado cabizbajo mirando sus manos.
por enterado y entre más tiempo pasaba, me
pregunté si estaba bien.
Finalmente, no queriendo realmente estorbarle sino
verificar que estuviese bien, le pregunté cómo se sentía,
“Estoy bien, gracias por preguntar”,
dijo con una fuerte y clara voz.
estabas sentado aquí simplemente
mirando tus manos y quise estar
seguro de que estuvieses bien”, le expliqué.
mirado alguna vez tus manos?
mirado tus manos?”
No, creo que realmente nunca las había observado
quería decirme.
manos como te han servido a través de los años.
secas y débiles han sido las herramientas que
he usado toda mi vida para alcanzar,
agarrar y abrazar la vida.
boca y ropa en mi cuerpo.
Cuando niño, mi madre me enseñó a plegarlas en oración.
me ayudaron aponerme mis botas.
Hanestado sucias, raspadas y
ásperas, hinchadas y dobladas.
sostener a mi recién nacido hijo.
estaba casado y que amaba a alguien muy especial.
y cuando caminé por el pasillo con mi hija en su boda.
Han cubierto mi rostro, peinado micabello y lavado
y limpiado el restode mi cuerpo.
Han estado pegajosas yhúmedas, dobladas
y quebradas, secas y cortadas.
trabajando bien, estas manos me ayudan a levantarme y a
sentarme, y se siguen plegando para orar.
rudeza de mi vida. Pero más importante aún, es que
son ellas las que Dios tomará en las suyas cuando me
lleve a Su presencia.
Desde entonces, nunca he podido ver
mis manos de la misma manera.
Pero recuerdo cuando Dios estiró las Suyas y
tomó las de mi abuelo y se lo llevó a Su presencia.
de veras que nuestras manos son una bendición.
Hoy me pregunto:
¿Qué estoy haciendo con mis manos?
¿Las estaré usando para abrazar y expresar cariño o
las estaré esgrimiendo para expresar ira
y rechazo hacia los demás.
aquellos que no las tienen saben el valor que ellas
representan en nuestras vidas.
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