Decimos que una persona es intolerante cuando adopta una actitud irrespetuosa con respecto a quienes tienen ideas o creencias diferentes a las suyas. Normalmente la intolerancia está asociada a posiciones beligerantes u ofensivas.
El argumento clásico de los intolerantes
Si bien no hay una única causa que explique la intolerancia religiosa, sí se puede hablar de un argumento muy generalizado entre quienes practican una religión y son intolerantes con otras. El argumento es simple: si mi doctrina religiosa es la verdadera, es razonable que combata a quienes defienden doctrinas falsas. Esta posición es considerada como una forma de fundamentalismo religioso.
Cuando los primeros cristianos practicaban sus ritos, tenían que esconderse en las catacumbas porque las autoridades romanas no toleraban sus creencias. Los judíos han sido perseguidos en muchos momentos de la historia y la motivación principal de dicha persecución era precisamente la hostilidad hacia sus creencias.
La visión religiosa de los pueblos precolombinos fue combatida por los cristianos que llegaron al continente americano. En el propio cristianismo se han dado casos de intolerancia hacia otras doctrinas cristianas, que han sido etiquetadas como herejías o desviaciones de la auténtica fe. Estos ejemplos nos recuerdan que el rechazo y la intolerancia a las creencias de los demás ha sido una constante a lo largo de la historia.
La intolerancia religiosa se opone a la Declaración Universal de los Derechos Humanos
En el artículo 18 se especifica que todo individuo tiene derecho a la libertad de pensamiento y que dicho derecho afecta a la práctica de las creencias religiosas. Así, si todos somos libres a la hora de creer y practicar una doctrina religiosa u otra, nuestra libertad es tan válida como la de los demás.
La intolerancia religiosa no solo se opone a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sino que es una posición que alimenta el odio y el enfrentamiento entre las personas y los pueblos.
La tolerancia religiosa es un fenómeno relativamente reciente
Si tomamos como referencia el caso de España, durante siglos el catolicismo ha sido muy beligerante con otras creencias religiosas (los protestantes, los judíos o los seguidores del Islam sufrieron persecución y padecieron la intolerancia del estado y de la Iglesia católica).
Sin embargo, desde la Constitución de 1978 se ha regulado la libertad religiosa y en la actualidad la sociedad española es mayoritariamente tolerante hacia cualquier creencia o doctrina religiosa. Este clima social de respeto y tolerancia también existe en el conjunto de Latinoamérica.
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