1- Te gusta controlarlo todo
Si te gusta tener un control completo sobre la vida de tus hijos (amigos, ropa, hábitos) y la manipulación es algo habitual en ti, entonces tendrás que pensar si todo marcha bien en ti. Sueles utilizar la culpa como chantaje emocional para que tus hijos te obedezcan.
2- Te centras en ti
Sueles desviar la conversación para centrarla en ti y cuando tus hijos quieres contarte algo de la escuela o algún problema, no les escuchas porque estás demasiado preocupada en hablar de ti y de tus cosas.
3- Todo gira alrededor tuyo
Las personas narcisistas son egocéntricas y sienten que todo el mundo debe girar a su alrededor. Cuando entras por la puerta esperas que todos te reciban porque te sientes el miembro más importante de la familia, en lugar de ser un miembro más del equipo familiar. Te olvidas de preguntar a los demás cómo están cuando llegas a casa, solo hablas de ti.
4- Te enfadas cuando las cosas no van como quieres
Echarás la culpa a otros e incluso a tus hijos cuando algo te sale mal. Tus hijos y tu pareja tienen que ir con cuidado porque por culpa de tu baja tolerancia a la frustración, puedes perder el control rápidamente cuando las cosas no salen cómo tú quieres.
5- Tienes en cuenta lo que los demás piensan de ti
Haces todo lo posible para agradar a las personas, pero a las personas que más tienes que agradar que son tus hijos... los descuidas. Puedes actuar bien delante de los demás con tus hijos, pero si nadie te mira... te da igual.
6- Tus hijos no tienen tu amor
Los niños criados por un padre o madre narcisista crecen perdiendo el amor nutritivo que deberían haber recibido. Tus hijos siente un poco o ningún apego emocional lo que les genera confusión. Los años de manipulación cobran su precio y en el futuro, los niños no querrán saber nada de sus padres narcisistas.
7- Tratas a los demás como sirvientes
El hijo de una madre narcisista será como un esclavo personal solo para intentar conseguir un poco de afecto. Desgraciadamente, esto causa grandes problemas emocionales y de personalidad en los pequeños.
8- Estás en competencia incluso con tus hijos
Los límites entre la relación padres e hijos se vuelve difuminada. Esto sucede en padres y madres narcisistas que sienten que su belleza o sexualidad se ve desafiada por sus propios hijos adolescentes.
9- Encuentras defectos constantes en sus hijos
Encuentras defectos constantes en tus hijos y los comparan con otros niños 'perfectos'. Las comparaciones son odiosas y además, no sirven para nada. Comparar solo destruye el autoestima de los niños y les hace vulnerables
10- Usas el amor para recompensar y también para castigar
Las madres narcisistas saben que el arma más poderosa sobre sus hijos es su amor. Cuando los hijos hacen las cosas bien son capaces de darles amor delante de otras personas para que vean los otros lo buena madre que es. Pero cuando sus hijos hacen algo que ella no considera adecuado, les retira su afecto como parte del castigo.
11- Eres una persona rencorosa
El rencor te dura mucho tiempo. Si alguien te menosprecia tendrás un resentimiento que te durará mucho tiempo, y si puedes, buscarás venganza.
12- No tienes empatía
Como solo te centras en ti no sabes empatizar con tus hijos ni con las dificultades que puedan tener en el día a día. No sabes ponerte en los zapatos de los demás.
13- Tienes dependencia emocional
Sabes que tus hijos crecerán y se marcharán. Es un proceso doloroso que todos los padres deben aceptar, pero tú no quieres. Quieres que tus hijos estén contigo el máximo tiempo posible para poder controlar sus vidas, para que sigan siendo tus esclavos y satisfagan tus necesidades. Intentarás cualquier táctica desesperada para que sean dependientes de ti. Pero lo que se olvidan es que sus hijos se van de su lado por no haber sido una madre amorosa en todo el tiempo en que sus hijos estuvieron a su lado.
14- Tienes baja autoestima
Intentas ocultarlo pero lo sabes, en el fondo sabes que no estás bien. Sientes un vacío dentro de ti que ocultas. No quieres mostrar la poca confianza que tienes en ti misma. Nunca permitirás que nadie te vea desmoronarte, pero tienes episodios de depresión bastante frecuentes.
Si te has identificado con todos estos puntos, entonces ha llegado el momento que te sientes a reflexionar el tipo de maternidad que estás ofreciendo a tus hijos. Si tienes un trastorno de personalidad narcisista, lo mejor que puedes hacer, tanto por tus hijos como para ti, es que acudas al especialista para que te dé pautas y que puedas lidiar con ello. Si quieres dar amor real a tus hijos deberás salir de tu zona de confort, dejar de mirarte tanto el ombligo y comenzar a mirar a los ojos a tus hijos.
Tus hijos necesitan una madre que les quiera, que les apoye de forma incondicional, que les escuche, que les arrope, que les de todo su amor en cualquier momento, que les abrace sinceramente, que no les compare con otros, que les quiera tal y cómo son, con su idiosincrasia.
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