Ébola y Botulismo: los Venenos Más Potentes
Los venenos más potentes con que cuenta la naturaleza son el Ébola y Clostridium botulinum. El primero es un virus que debe su nombre al ser encontrado en 1976 en Zaire, cerca del río Ébola. Muy contagioso y letal, sus síntomas aparecen dos o tres días después del contacto: fiebre alta, delirio, artritis severa, hemorragias por los orificios naturales y convulsiones. El cuadro desemboca en la muerte en el 88% de los casos, sin que se conozca tratamiento alguno.
El segundo es un bacilo o bacteria que se reproduce en atmósferas con poco oxígeno y con una elevada humedad, encontrándose por lo general en la tierra, generando esporas termorresistentes, hasta los 100ºC. Produce siete tipos de neurotoxinas manifestándose en forma de parálisis muscular, vómito, visión doble y disfagia o dificultad para comer. Su poder es tal que, tan sólo una pequeña dosis de entre 0,1 y 1,0 millonésimas de gramo es letal.
La toxina botulímica tipo A, más conocida comúnmente como BOTOX, posee muy diversas aplicaciones, desde el temido agente empleado en las guerras biológicas, hasta el tratamiento, en la década de los 70, del estrabismo. Su uso oftálmico permitió descubrir un efecto secundario inesperado: la toxina paralizaba también los músculos de la frente, evitando así la formación de arrugas. Otros usos son en problemas de voz o en el tratamiento de la hiperdrosis o sudoración excesiva.
Tetradotoxina: Veneno Animal
La tetradotoxina es el veneno de origen animal más potente que existe. Conocido ya en Japón, el pez-globo o fugu, es un exquisito manjar que los cocineros nipones consideran un auténtico plato de lujo. Pero precisamente su mortífera toxicidad de los ovarios de las hembras, que solo un chef experto sabe identificar, ha provocado numerosos casos de muerte por envenenamiento en restaurantes japoneses, un pez globo puede contener en sus vísceras toxina para matar a unas 30 personas. En 1958 murieron intoxicadas por su consumo 176 personas. La tetradotoxina es 10000 veces más mortífera que el cianuro y de 10 a 100 veces más letal que el veneno de la araña viuda negra.
Otro animal que presenta dicha toxicidad como arma es el cefalópodo pulpo de anillos azules, Hapalochlaena maculosa, de Australia, posee una saliva venenosa capaz de matar a 20 humanos adultos. Este cefalópodo también es conocido por su gran instinto maternal al morir en el mismo instante de la eclosión de sus crías, auto induciendo su propio veneno para que así su cuerpo se predigiera y sirva como banco de proteínas para sus crías.
Las pequeñas ranas tropicales sudamericanas de los géneros Dendrobates y Phyllobates conocidas como ranas de flecha venenosa son los animales más venenosos. Segregan un veneno mortal que es utilizado por los indígenas para impregnar sus flechas. La toxina de una de estas ranas puede matar a 1.500 personas.
La acténida brasileña o araña del banano, Phoneutria nigriventer, es la que posee el veneno más potente. Esta araña, de una gran envergadura, sus patas tienen una longitud de 10cm, tiene dificultades para inyectar su veneno en los humanos. Más peligrosa para los humanos es la viuda negra, de la cual hay varias especies del género Latrodectus. Entre ellas destaca la viuda negra americana Latrodectus mactans que se caracteriza por una marca roja con forma de reloj de arena en el abdomen. También en Europa hay viudas negras que generaron la fama de que las tarántulas eran peligrosas.
Las serpientes más venenosas son las marinas, (Hydrophis belcheri), de Timor e Indonesia cuyo veneno es 100 veces más potente que el de la serpiente taipán (Oxyuranus microlepidotus) una serpiente de la familia de las cobras que vive al este de Australia cuyo veneno es 50 veces más activo que el de la cobra india y 800 de la serpiente de cascabel. La dosis letal de su veneno es de 0.00099 mg/Kg de peso. La cobra india causa más de 15.000 muertes anualmente, por ello es considerada la serpiente más peligrosa.
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