Lizbeth Castillo Yáñez
Comer, ese delicioso placer, puede no ser tan satisfactorio cuando se padece reflujo gastroesofágico, condición que se presenta con mayor frecuencia cuando descuidamos nuestro estilo de vida, por ejemplo, durante las largas temporadas de descanso. Así que si deseas deshacerte de los molestos síntomas, practica las siguientes recomendaciones.
Ardor en el pecho o garganta, sabor ácido en la parte posterior de la boca, e incluso dolor a la mitad de la espalda, son síntomas del molesto y a veces peligroso reflujo gastroesofágico.
Puntos clave
En México, se estima que hasta 40% de la población adulta presenta reflujo al menos una vez al mes, y 20% una vez a la semana, debido, en gran medida, a los malos hábitos alimenticios.
Para sentirte bien cuando padeces reflujo, generalmente basta con hacer algunas modificaciones en el estilo de vida, por ello aunque estés de vacaciones, toma nota:
- Cuida lo que comes. Los alimentos ricos en grasas merman la fortaleza del esfínter esofágico y favorecen el reflujo.
- Dile no al cigarro y al alcohol, ya que agravan el problema, sobre todo si los consumes en ayunas.
- Ojo con las bebidas. Té y café relajan el esfínter del esófago e irritan su mucosa, mientras que los refrescos pueden provocar inflamación y agravar el malestar.
- Establece horarios de comida. Los largos periodos sin alimentarte pueden afectar tu estómago debido a las sustancias ácidas que en él se producen.
- Come sin prisas, ya que al masticar bien, impides que tu estómago trabaje de más.
- Prepárate para dormir. Después de cenar espera al menos dos horas antes de ir a la cama. Asimismo, es recomendable inclinar la cabecera unos 45 grados para evitar que el contenido gástrico suba por el esófago.
- Relájate. El estrés y la tensión nerviosa agravan las manifestaciones del reflujo.
- Cuida tu peso, ya que la grasa a nivel abdominal agrava la presión sobre el estómago.
- Haz deporte, pues además de ayudarte a controlar tu peso te permite eliminar tensiones y proporciona sentimiento de bienestar.
- Usa ropa cómoda y evita los cinturones y prendas muy ajustadas que aumentan la presión sobre el abdomen y favorecen el malestar.
¿Ya lo sabías?
Todo aquello que se encuentra en el estómago y que por diversas razones pasa al esófago produce reflujo gastroesofágico (RGE), el cual, en condiciones normales, no requiere atención médica. De hecho, se calcula que hasta 4% del las 24 horas del día puede haber RGE en una persona sana (reflujo fisiológico), particularmente por la noche.
Sin embargo, se habla de enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) cuando existen síntomas o lesiones como consecuencia del reflujo, es decir, se trata de RGE patológico, el cual suele producir sensación de quemazón (pirosis). Cuando el RGE es más intenso, pueden aparecer lesiones de carácter inflamatorio que van de leves a graves, en cuyo caso se habla de “esofagitis”.
Si tengo reflujo, ¿debo preocuparme?
Cuando el RGE y, particularmente la ERGE, no se tratan, pueden repercutir negativamente en la vida de las personas. Durante muchos años los expertos han sospechado que la RGE leve puede propiciar la aparición de ERGE y, más tarde, favorecer la presencia de lesiones esofágicas de diversa intensidad (incluso transformarse en esófago de Barret), aunque hay quienes sugieren que la enfermedad tendría diferentes formas desde el principio.
Si bien no se conocen con exactitud las causas de este padecimiento, se han asociado alteraciones fisiopatológicas en el desarrollo de la enfermedad: algunas en el propio esófago o en su unión con el estómago (esfínter esofágico interior), y otras relacionadas con el estómago, la presión intraabdominal, la gravedad, la dieta y otros muchos factores.
Por tanto, si tus síntomas no disminuyen tras haber tomado las medidas necesarias, e incluso empeoran, es momento de consultar al médico, quien podrá recomendarte un tratamiento específico para tu condición y características personales
No hay comentarios.:
Publicar un comentario