La mayoría de los niños con trastorno autista muestran signos de alarma en la primera infancia, pero hasta que no comienza la época de la marcha autónoma no se ve el trastorno en su plenitud. En contraposición hay otros bebés que no muestran ninguna conducta sospechosa. Pueden clasificarse de la siguiente manera:
- Bebés plácidos y no exigentes que ni siquiera lloran cuando tienen hambre; son a los que se les llama “angelicales”.
- Bebés llorones día y noche a los que no se les puede calmar.
- Aquellos bebés que no son ni lo uno ni lo otro y parece que se desarrollan adecuadamente.
Puede que a los bebés no les gusten las interferencias, que los levantes, puede que no se dejen caer o no se agarren cuando se les lleva a hombros; pueden quedar fascinados por estímulos visuales o sonoros, que no sean curiosos, no llamen la atención de la madre, que no participen en juegos infantiles, que tengan retrasos en la motricidad (Asperger), balbuceo limitado,.... Normalmente los padres comienzan a preocuparse durante el segundo año, cuando se ve de forma clara en la mayoría de los casos la afectación en la tríada:
1.- Interacción social:
- El grupo aislado es el más común. Los niños se comportan como si los demás no existieran, no responden a llamadas, sus rostros están vacíos de expresión a no ser que estén en un ataque de rabia, pánico o alegría, apenas fijan la mirada cuando se les habla, se apartan cuando les tocan, piden las cosas agarrando el dorso de la mano del adulto, no se inmutan si alguien está triste ó sufriendo,.... Hacen caso en los juegos de peleas, columpios,... que les gusten pero en el momento en que cesan vuelven a ignorar a los demás ya sea un adulto, un compañero,.... Son capaces de identificar a la persona de autoridad sin ningún problema.
- El grupo pasivo es el menos frecuente. Los niños aceptan aproximaciones sociales pero no toman la iniciativa, sostienen la mirada si se les recuerda que deben hacerlo y siempre están dispuestos a hacer lo que se les mande.
- El grupo “activo pero extraño”: los niños se acerca a otras personas de forma peculiar (agarrándolas o abrazándolas fuertemente) para pedir algo o realizar lo que les interesa, sin prestar atención a los sentimientos de las personas a las que se dirigen. Fijan la mirada demasiado tiempo y con demasiada intensidad. Cuando son pequeños, o ignoran o agreden a sus compañeros y si no les hacen caso, pueden volverse agresivos.
- El grupo hiperformal o pedante es en el que se desarrollan los más capaces y no se aprecia hasta la adolescencia o en adelante. Las personas que lo constituyen se ciñen a las normas de forma estricta y tienen dificultades en adaptarse a sutiles diferencias de comportamiento. Pueden cometer errores debido a su falta de comprensión real.
2.- Deficiencias en la comunicación:
- Utilización del habla: retraso y anomalías en el autismo de Kanner. Algunos no hablan nunca, otros producen ecolalias (repiten lo oído) y/o ecolalias retardadas, cambiando los pronombres, repitiendo la misma frase en distintos contextos, otros son capaces de construir frases con errores gramaticales, cambio de significado de palabras,..., otros hablan de forma normal pero incluso estos no emplean habla coloquial sino repetitiva y no conversacional.
- Comprensión del habla: algunos no comprenden mensajes orales y no responden a ellos, otros lo hacen porque se guían por datos visuales, aunque la mayoría tiene cierta comprensión que se ve frustrada cuando los objetos tienen más de un nombre o son palabras análogas, por lo que muchas veces atienden a pocas palabras de una frase e ignoran el resto. La interpretación literal es una característica esencia en estas personas, reaccionan mal a las bromas verbales, chistes,....
- Entonación y control de la voz: la mayoría tienen una entonación monótona, problemas para controlar el volumen, voz como de robot, dificultad para pronunciar palabras,... aunque con la edad esto puede mejorar. A veces copian el tono de la voz de alguien y lo emplean en ocasiones especiales.
- Utilización y comprensión de la comunicación no verbal: antes de desarrollar el habla, los niños indican sus necesidades agarrando a los adultos del dorso de la mano (nunca meten su mano dentro de la de los demás), tirando de ellos o colocándoles la mano en el objeto deseado, señalando con toda la mano y realizando la menor mímica posible. Muchos niños desarrollan gestos sencillos y en la etapa adulta emplean estos movimientos cuando hablan, pero sin guardar relación con lo que dicen. En ocasiones parece que comprenden más de lo que lo hacen, porque se sirven de los movimientos de las personas y del contexto para obtener los significados.
3.- Deficiencias en la imaginación: Algunos niños nunca llegan a tener juego imitativo y manejan los juguetes solo por las sensaciones físicas; otros sí que lo hacen pero no representan historias imaginativas con los objetos; otro grupo de niños representan una secuencia de acontecimientos inventada por ellos; otros llegan a la etapa de querer participar en los juegos imaginativos de los demás pero no saben cómo hacerlo y otros son capaces de copiar y desempeñar el papel de un personaje, animal objeto copiado. La mayoría no involucra a otros niños en sus juegos y si lo hacen quieren que se mantengan en su actividad repetitiva.
Hay niños a los que les gusta la televisión, los vídeos, que les lean cuentos, escuchar música,... y quieres que su campo de interés se repitan continuamente por lo que son capaces de repetir fragmentos enteros de ello sin llegar a comprenderlo.
En la vida adulta tienen una comprensión limitada o nula de las emociones de los demás, por lo que no son capaces de compartir ideas, experiencias, pensamientos, ideas,... con otros ni hablar de tiempos pasados o futuros.
4.- Actividades estereotipadas repetitivas:
- Actividades repetitivas simples como tocar, oler, sentir, golpear o arañar diversas superficies, escuchar ruidos mecánicos, mirar fijamente a objetos mecánicos, encender y apagar luces, retorcer y girar las manos o algún objeto cerca de los ojos, observar la misma cosa desde diferentes ángulos, morderse, golpearse la cabeza contra alguna superficie, arañarse,.... A veces esto se produce como respuesta a un estado de malestar, rabia o frustración y en otras porque no tienen otra manera de estar ocupados.
Suelen darse en niños pequeños y permanecer en aquellos con mayor grado de afectación.
- Rutinas repetitivas elaboradas especialmente en el autismo de Kanner. Algunos niños tienen rutinas que ellos mismo inventan como dar golpes en la silla antes de sentarse, levantarse y dar vueltas a la silla durante la comida o llevar a cabo una secuencia compleja de movimientos corporales. En niños mayores y adultos esto puede convertirse en algo que nadie puede alterar porque sino se producirían gritos y rabietas, debiendo de comenzar la rutina desde el principio (esta resistencia al cambio también puede aplicarse a la comida); en otros casos estas rutinas derivan de actividades iniciadas por los padres.
Algunos niños pueden apegarse a ciertos objetos y negarse a separase de ellos, coleccionar utensilios domésticos, representar a sus personajes preferidos de la película a la que están apegados, tararear constantemente la canción preferida,.... En el síndrome de Asperger el interés es normal que se centre en recopilar, memorizar y hablar sobre temas concretos y es frecuente que dure durante toda la vida.
5.- Otros rasgos de conducta que no son universales ni cruciales para el diagnóstico, pero que se producen con asiduidad:
- Movimientos:
* Movimientos estereotipados como tamborilear los dedos, aletear los brazos y las manos, saltar, girar la cabeza, balancearse, andar de puntillas,... que se producen cuando el niño está excitado, agitado, enfadado o concentrado en algo que le llama la atención. Si se encuentran ocupados en alguna actividad estos se pueden anular, pero si se les obliga a hacerlo pueden ponerse tensos o angustiados.
* Anomalías en el modo de andar y en la postura. Los autistas con ágiles escaladores y capaces de caminar a lo largo de estrechas cornisas con un equilibrio perfecto y sin miedo. Contrariamente, los Asperger parecen patosos y pueden presentar miedo a trepar. Ambos son inmaduros en la forma de moverse, no coordinan adecuadamente los brazos cuando caminan, inclinando la cabeza y los hombros hacia delante, corren de forma incoordinada con los brazos estirados y a veces suben y bajan escaleras parándose en cada escalón. Tienden a hacer las cosas que les gusta con rapidez y destreza aunque sus movimientos sean torpes cuando la actividad no les interese. Algunos tienen dificultades para masticar y tragar por su falta de coordinación y tener problemas considerables en educación física y los juegos de equipo.
* Imitación de movimientos en aquellos niños menos afectados, que lo hacen con precisión pero sin sentido (ecopraxia).
- Respuesta a estímulos sensoriales, disminuyéndose todas ellas con la edad:
* Hipersensibilidad a los sonidos ante los que responde encontrando unos agradables, otros fastidiosos ante los que saltarán para alejarse y se cubrirán los oídos e ignorando otros.
* Respuesta a estímulos visuales que, al igual que sucede con los sonidos, pueden reaccionar quedando fascinados por ellos (normalmente por luces intensas), ignorándolos o angustiarse.
* Respuesta a sensaciones próximas como el tacto, el sabor, el olor, el olfato, las vibraciones, el dolor y la temperatura. De la misma manera que en los anteriores la respuesta puede ser de fascinación, angustia o indiferencia. Algunos niños muestran un desagrado total a ser tocados, otros son hipersensibles a olores, a algunos no les gusta la sensación de la ropa, sobretodo la de los calcetines y los zapatos, muchos parecen indiferentes al frío, al calor o al dolor.
* El apetito y la sed. Es más probable beber en exceso e insistir en comer una limitada serie de alimentos., que en ocasiones se les olvida si están ocupados en actividades que les divierten.
- Ansiedad y miedos especiales que surgen ante cosas inofensivas y en situaciones que no pueden comprender.
- Atención duradera ante actividades que les interesan y les motivan y que se disuelve una vez terminadas. Cuando los padres o un educador se ocupan de su cuidado, los niños tienden a la vaguería y a dejarse llevar.
- Habilidades especiales, sobretodo visoespaciales que no implican lenguaje y la memoria mecánica. Algunos niños desarrollan una serie de habilidades de las que sobresalen de forma notoria incluso por encima del resto de la población, pero que tienden a convertirse en foco de rutinas repetitivas.
- Conductas inadecuadas muchas veces causadas por confusión y miedo ante situaciones desconocidas, interferencia en sus rutinas repetitivas, incapacidad de comprender las conversaciones sociales, intentos fallidos de controlar los acontecimientos, la hipersensibilidad a estímulos sensoriales, muchedumbres,... que se producen tanto dentro como fuera de cada. No comprenden que hay cosas que no pueden hacer ni decirse en público, no saben mentir, pueden establecer amistades inadecuadas debido a su ingenuidad social, captan mal el lenguaje y los términos insultantes, no son conscientes de la necesidad de discreción y dicen palabrotas en las ocasiones menos adecuadas,....
6.- Cambios con el crecimiento, tendiendo a ser más típica la conducta autista entre los 2 y los 5 años de edad (con cambios en torno a los 5 o 6), mientras que en los niños más capaces que puede que no se perciba hasta la escolaridad. Para todos ellos la adolescencia es una época de cambio brusco: unos mejoran notablemente mientras otros sufren retrocesos. En la época adulta, aquellos menos capacitados se vuelven totalmente dependientes de otros, acusando más las características de la niñez y los más capaces, con temperamento equilibrado y habilidades o intereses especiales, pueden llegar a vivir y trabajar independientemente, casarse y formar una familia.
La educación y la atención que se den en la primera etapa de vida influirán en la conducta y ayudarán al niño a adquirir habilidades básicas.
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