Por Mabel Iam
La mayoría de nosotros hemos aprendido que todo lo que sentimos con respecto alsexo no es aceptable y, en consecuencia, desconfiamos, reprimimos o
negamos los impulsos o las experiencias sexuales.
Debido a esta errónea interpretación o al desconocimiento de la energía sexual y
afectiva, muchas veces el ser humano experimenta el cuerpo, sus
manifestaciones eróticas o emocionales como reales enemigos.
La razón de esta enemistad es que nos hemos ido identificando progresivamente
con la mente y sus condicionamientos. Sin dudas, es la mente la que juzga los
impulsos vitales, los sentimientos y hasta los mismos pensamientos que ésta crea.
Este juicio mental es el centro, la causa y el motivo de la mayoría de los conflictos en
las relaciones humanas y del sufrimiento. Este modo de operar de la mente
ha creado bloqueos, problemas, enfermedades y falsas interpretaciones
sobre la energía sexual
y el amor.
No es la función de la mente manejar o juzgar la energía creadora o sexual.
La mente tiene como función, discriminar, ordenar, mezclar, diseñar, crear,
ocultar, guardar y almacenar la información que utilizamos en la vida diaria.
La mente es una herramienta como puede ser por ejemplo, la computadora.
Nosotros somos quienes controlamos, manejamos y ordenamos a la misma.
Por lo tanto, es éste un instrumento no es el Ser que la maneja.
El Ser que la opera tiene una estatura mucho mayor que la mente, emociones y
que el cuerpo. El Ser es en esencia infinito y eterno.
La confusión de utilizar la energía mental como respuesta a los temas cotidianos
nos ha llevado a pensar que nosotros somos la máquina.
La maquina es nuestro servidor y nosotros somos los amos.
Históricamente, otra de las causas que llevaron a la sexualidad a interpretarse como
algo prohibido o vergonzoso es que el ser humano ha apartado la energía
sexual del proceso interior y espiritual. Creando el concepto mental erróneo
que el sexo es exclusivamente físico. Por lo tanto, para esta forma de
razonamiento mental, el
cuerpo es el único elemento que provee o genera la satisfacción sexual.
El sexo no es sólo un acto en el cual los cuerpos se encuentran con
mayor o menor entrega y satisfacción. El sexo es el punto de partida de
la energía creadora de la
vida.
La percepción de nuestra propia sexualidad, ya sea sumamente plena, normal o
poco explorada, es el fiel reflejo de cómo vivimos nuestra vida.
El secreto de la magia del amor y el sexo está en la utilización de la energía sexual
desde la verdadera fuente de la cual proviene todas las cosas, el Ser interior.
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