No todos los pederastas o pedófilos abusan de los niños y con frecuencia creen que sus víctimas en realidad no sufren
Casi siempre son hombres, pero pueden tener cualquier edad y orientación sexual. Con más frecuencia sus víctimas suelen ser las niñas, más que los niños. Suelen vivir solos o con uno de los padres, con frecuencia no tiene trabajo o trabajan de forma temporal o en puestos poco remunerados y tienen problemas para establecer relaciones con los adultos. Generalmente empiezan a fantasear con tener o a tener relaciones sexuales con niños, antes de los 18 años.
Los pedófilos suelen ser tímidos o introvertidos. Se encuentran mejor entre los niños que entre los adultos y suelen tener temor de la sexualidad de los adultos. Aunque todavía se desconoce mucho acerca de esta enfermedad, la enfermedad existe. La Asociación Americana de Psiquiatría clasifica lapedofilia como una enfermedad mental caracterizada por “fantasías de excitación, relación o comportamientos sexuales, intensas y recurrentes, que implican la actividad sexual con uno o más niños de edad prepuberal”. Las fantasías o los comportamientos deben persistir durante al menos seis meses y sus objetivos preferidos son los menores de 13 años.
Los niños son el centro exclusivo del interés sexual del pedófilo, pero también suelen desearlos como compañía. Para un pedófilo, los niños son verdaderos objetos de amor; son más felices y se encuentran mejor rodeados de niños. Este hecho produce una distinción fundamental. No todos los pedófilos abusan sexualmente de los niños. Y no todos los que abusan de los niños son pedófilos; algunos de estos pasan poco tiempo con los niños, interactúan con ellos solamente desde el punto de vista sexual e incluso odian a los niños. Hasta cierto punto, los que abusan de los niños se sienten culpables, pero suelen racionalizar el abuso diciéndose que es una buena forma de educar a los niños en el sexo.
Un importante factor de riesgo para volverse un pedófilo que comete abusos infantiles es haber sido víctima de abusos sexuales de niño. Algunas de estas víctimas pueden querer recrear sus propias experiencias y suelen ser predadores, antisociales, impulsivos y explotadores, por ejemplo.
En la década de los 80, las autoridades creían tener bajo control la pornografía infantil. Pero Internet ha producido una tremenda explosión global de la explotación infantil.
|
Por contra, no todos los pedófilos abusan sexualmente de los niños. A menudo buscan el contacto no sexual con los niños, e incluso creen que la inseguridad que generan no produce daños. Muchos de ellos coleccionan pornografía infantil del tipo de fotos de niños desnudos, en lugar de imágenes más violentas como violaciones, y algunos de ellos son felices con catálogos de modelos infantiles en ropa interior. En cierto sentido saben que la pornografía infantil es mala, pero lo racionalizan diciéndose que no hacen daño a nadie. No se sabe quién, cuándo ni por qué, uno de estos individuos empieza a molestar a los niños, como tampoco se sabe cuál puede ser el número de pedófilos entre la población general. Algunos de los consumidores de pornografía infantil no tienen historial de abuso infantil y parecen ser capaces de controlar sus impulsos.
Esto ha hecho aparecer la cuestión de si la pornografía puede proporcionar una válvula de escape para los impulsos pedófilos. La mayoría de expertos cree que no, ya que la justificación era que si la gente lo veía, no querría hacerlo, pero la realidad es que parece que este tipo de material refuerza las creencias del pedófilo de que los niños están para su diversión y eso puede colaborar a que el pedófilo se convierta en alguien que abusa sexualmente de los niños.
Los pedófilos que cometen abusos infantiles suelen tener una elevada incidencia de depresión y ansiedad, así como bajos niveles cerebrales del neurotransmisor serotonina. En ellos el sexo puede automedicar la disregulación de su estado de ánimo, lo cual controla los niveles de serotonina, afirman los expertos. El pedófilo consigue esto estando entre niños, pero las razones de este comportamiento son desconocidas y tal vez habría que buscarlas entre los misterios de su infancia y su psicopatología. Los medios de comunicación sexualizan a los niños, y existen numerosos ejemplos de ello, y parecen enviar un mensaje de aceptabilidad y quizá la pornografía infantil y la pedofilia no están tan lejos de la normalidad como nos gustaría creer.
|
No hay comentarios.:
Publicar un comentario