Las mujeres a veces podemos convertirnos en una pesadilla. Si bien las estadísticas en torno a la violencia en la pareja no tienen comparación en lo que se refiere al número de víctimas mujeres y hombres,
ellos también la sufren y es necesario atender esta problemática a riesgo de continuar perpetuando modelos que sólo generan sufrimiento.
De acuerdo con una nota de el diario El Universal, ocho de cada diez jóvenes entre 15 y 24 años ha sufrido violencia psicológica durante el noviazgo y la mitad de ellos, violencia física, datos que, afirma el diario, son el resultado de la Encuesta Nacional de Violencia durante el Noviazgo realizada por el INEGI. Otros expertos en violencia familiar señalan que uno de cada diez hombres ha sufrido esta violencia y por este motivo, por ser tan bajo el número en comparación con las mujeres, se les presta poca atención a los varones que viven esta problemática, además de que se enfrentan a la burla de la sociedad en una cultura machista.
Según el INEGI, “los conflictos en una pareja, pueden tener su origen en el hecho de que las expectativas que éstos tenían de la relación no se cumplieron”. En este sentido, ellas aparentemente están más conformes con sus relaciones: “entre las mujeres se expresa una mayor compatibilidad con su pareja, mientras que en la opinión de los hombres se manifiesta una menor compatibilidad”.
Otro argumento que el Instituto expone como posible causa de la violencia es “el maltrato hacia los niños y niñas, es la semilla que en la vida adulta genera diversas formas violentas, así como la incapacidad de resolución y negociación de conflictos en las relaciones interpersonales. Por esta razón es que se ve como algo natural el ejercicio de la violencia, por ello es importante conocer el ambiente familiar donde los jóvenes pasaron la infancia y vincular estos antecedentes con las conductas actuales”.
La Encuesta reveló que “en el 21.3 por ciento de los hogares de las y los jóvenes había insultos; teniendo una mayor incidencia en los hogares urbanos (55 por ciento) con respecto a los rurales (45 por ciento). Aproximadamente en el 9 por ciento de los hogares donde vivieron las y los jóvenes hasta los doce años había golpes, (55 por ciento eran hombres y 44 por ciento eran mujeres)”.
El Instituto reconoce que son necesarios más estudios cualitativos para poder precisar la causa, pero en tanto, la realidad es que algunos hombres viven con mujeres que los “ahogan”. El Universal señala algunas de las preguntas que pueden representar señales de que algo no anda bien… Son preguntas que parecen inocentes pero que, como refiere el diario “tienen una carga de control y chantaje”: “¿Qué ya no me quieres?”, “No me cae bien tu amiga”, “¿Quién te llamó?”, “¿Qué le ves?”… entre otras.
Y si esta pareja llega al matrimonio y tiene hijos, los problemas crecen. Según el diario Milenio en entrevista con especialistas en violencia familiar “los hombres que se han acercado nos comentan que sufren mucho de violencia verbal, hay mujeres que son muy fuertes que ejercen su poder a través de los niños, por ejemplo, excluyen a la pareja de la educación de los hijos”, explicó Abel Reyna Briones, terapeuta, especialista en familia y violencia”.
Ellos padecen los abusos por temor a romper el lazo afectivo con sus hijos y a “ser destruidos económicamente como consecuencia de la separación”, esto debido a que algunas mujeres exigen enormes cantidades de dinero al cónyuge para recuperar su soltería.
Quienes lo padecen no se animan a hablar o denunciar. De acuerdo con El Universal, sólo llama un hombre por cada cuatro mujeres a las líneas de ayuda de los Centros de Integración Juvenil y cuando lo hacen dudan, puesto que no se atreven o no ven las actitudes que les causan malestar como violencia.
“Preguntan si el chantaje es violencia, si que los obliguen a casarse es violencia, si ser el único que saca la cartera es violento”.
Según lo publicado por el diario Milenio “ante la ley el varón víctima se enfrenta a dos obstáculos; en primer lugar demostrar su condición de víctima, y en segundo, este debe asegurarse de proteger a sus niños y que no se conviertan en nuevas víctimas”.
Además, están las razones culturales. Según el INEGI “más de la mitad de las mujeres piensan que los hombres tienen que ser los proveedores y fuertes de la relación. El papel de los hombres como proveedores principales de la familia y los que encabezan la toma de decisiones, sigue siendo para las mujeres como una ley, pues 59% opinó que un buen hombre es el que provee económicamente a su familia”.
Los hombres se avergüenzan de contar lo que viven. Según el diario Milenio “el terapeuta con experiencia con hombres violentos y violentados sostiene que los hombres con cónyuges abusivas emplean varios métodos para procurar no difundir sus situaciones potencialmente violentas… Los hombres víctimas de sus mujeres, no se atreven a decirle a ninguno de los miembros de su familia la situación por la que están pasando y da las explicaciones más increíbles de sus lesiones, incluso cuando los atienden en los hospitales o el médico… Temen la humillación y el estigma, incluso cuando el abuso de la violencia es peligroso para su vida prefieren no denunciar los hechos”.
Por todos estos motivos te invitamos a que reflexiones con nosotras… ¿Qué opinas? ¿Has ejercido violencia sobre tu pareja? ¿De qué tipo? ¿Qué te motiva a hacerlo?
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