Qué es la ansiedad por separación
La ansiedad por separación, se define como la angustia que se presenta en un perro, al separarse de su figura de apego. El apego es el lazo emocional de un individuo por otro, que lo lleva a procurar la cercanía física hacia la figura de dependencia, sea el dueño u otro miembro de la familia. Las conductas de apego son naturales entre los animales sociales, que viven en manadas, permitiendo la cohesión de grupo entre cada sus miembros, lo que favorece su supervivencia. Sin embargo, un apego excesivo (o "hiperapego") puede darse por mecanismos inadecuados de adaptación durante la formación del carácter de un perro, dando como resultado una dependencia demasiado fuerte y como consecuencia el pánico a estar solo.
Los comienzos
Durante el desarrollo de un cachorro, hasta la 6ª semana, se va promoviendo e intensificando el apego natural de éste por su madre; pero entre la 6ª Y 8ª semanas, se presenta una etapa conocida como el "desapego primario", en el que la madre forza a su camada a pasar cada vez mayor tiempo solos, fomentando su independencia. Al ser este el momento en el que generalmente los perritos son adoptados por sus nuevas familias humanas, en ocasiones hay cachorros en los que no se realiza el desapego de manera adecuada, en parte por los cambios de estilo de vida, de "manada" y las atenciones de sus nuevos dueños. Este proceso también se presenta con frecuencia en perros mayores a las 8 semanas, e incluso adultos, que previamente han sufrido maltratos o abandono, como es el caso de perros obtenidos en refugios o en la calle.
Las conductas propias de la ansiedad por separación tienden a aumentar con la edad, pueden ser recurrentes, y generalmente inician o aumentan de frecuencia cuando hay un cambio en la rutina diaria.
¿Cómo saber si un perro presenta ansiedad por separación?
Los signos clínicos típicos de la ansiedad por separación son los siguientes:
Antes de que el dueño salga de casa, puede haber una anticipación de la ansiedad, con conductas como: esconderse o recluirse, actuar ansioso o deprimido, seguir al dueño a donde quiera que vaya, tratar de impedir que el dueño salga o rehusar obedecer órdenes.
Durante la ausencia del dueño, pueden presentarse:
Que ocurren generalmente durante la primera media hora de ausencia del dueño, concentrándose en:
Puertas, ventanas o aquellos lugares por donde el dueño sale o por donde el perro lo ve partir.
Objetos personales del dueño, que tienen un fuerte olor de la figura de apego.
En casos más severos también pueden ocurrir otros signos como jadeo, diarrea, vómito, salivación excesiva, autolesiones, automutilaciones, anorexia, inactividad, temblores, etc.
Cuando el dueño regresa, el perro se muestra excesivamente excitable, tarda en calmarse, y nuevamente sigue al dueño conla mayor cercanía espacial posible, tratando de buscar su atención.
Tratamiento de la Ansiedad por Separación
Es importante, sobre todo, considerar que NO se trata de un problema de falta de educación o inteligencia por parte del perro, o de venganza contra el dueño que lo deja. Un perro con ansiedad es un perro que SUFRE y se angustia sin su dueño, y que por lo tanto, se le debe enseñar que puede sobrevivir sin tanta atención de su familia o estando solo. La terapia es larga y compleja, puede haber reincidencias, pero el pronóstico es bueno y el tratamiento es MUY viable. El plan de terapia consta de 3 elementos, que son:
Modificación Ambiental:
Restringir el acceso del perro a las áreas de eliminación o destrucción inapropiadas.
Proveer un sitio de seguridad (cuarto o kennel), que sea un espacio pequeño, que minimice la intensidad de estímulos externos que agravan el problema.
Variar los juguetes disponibles.
Modificación Conductual:
Estructurar la rutina diaria del perro:
Establecer reglas y límites claros y firmes.
Que el perro trabaje por cada cosa que quiera.
Practicar la obediencia para tener un mayor control del perro.
Moderar el apego, promoviendo la independencia:
Disminuir las muestras de afecto y el contacto físico.
Romper estereotipos de rutinas de salida y llegada, disminuyendo la intensidad de las interacciones con el perro: Ignorar al perro al salir y regresar de casa.
Fomentar la interacción del perro con otras personas.
Mantenerlo ocupado:
Proveer estimulación mental y física
Aumentar el ejercicio
Utilizar juguetes interactivos, televisión, radio, música, luces, cuando el dueño está ausente.
Desensibilización:
Confinar al perro en su sitio "seguro".
Dar la señal de partidas cortas, usando la "clave de seguridad".
Entrar y salir durante periodos cortos, frecuentemente.
Dejarlo poco tiempo, antes de que se angustie.
Aumentar gradualmente el tiempo de salida.
NUNCA castigar al perro por reincidencias, o por acciones que realizó durante la ausencia del dueño, ya que no comprende la razón del castigo y esto sólo aumenta mucho más su ansiedad.
Terapia farmacológica
Para casos severos se recomienda el uso de ansiolíticos, tranquilizantes o antidepresivos tricíclicos, que serán recetados por un Médico Veterinario.
Para casos moderados, es suficiente utilizar remedios naturales como el "Rescue Remedy" (también conocido como "Help") de las "Flores de Bach", en dosis de 4 - 10 gotas, 1 - 3 veces al día, dependiendo de la severidad del problema.
Realizar la terapia durante 2 semanas mínimo.
Resumen:
Establecer reglas y límites claros y firmes.
No excederse en las muestras de afecto
Que el perro trabaje por cada cosa que quiera
Proveer estimulación mental y física
Confinar al perro a un sitio "seguro"
Dar la señal de partidas cortas
Entrar y salir durante periodos cortos, frecuentemente
Ignorar al perro al salir y regresar de casa
Romper estereotipos de rutinas de salida y llegada
Aumentar gradualmente el tiempo de salida
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