Neruda murió a los 69 años el 23 de septiembre de 1973, doce días después del golpe militar que derribó a su amigo Salvador Allende.
La razón de su deceso entonces fue un cáncer a la próstata que padecía.Pero recientemente surgieron dudas al sostener su chofer, Manuel Araya, que el vate habría sido asesinado por agentes de la dictadura recién instaurada por el general Augusto Pinochet.
Neruda, que recibió el Nobel de Literatura en 1971, se encontraba internado en una clínica privada, la misma donde en 1981 falleció el ex presidente Eduardo Frei, quien habría sido envenenado por los agentes de Pinochet según antecedentes del proceso que se lleva a cabo.
Según Araya, el poeta habría recibido una inyección en el estómago que le causó la muerte.
La Fundación Neruda, que administra sus bienes y legado, desmintió la versión y sostuvo que no hay antecedentes que confirmen la aseveración del chofer.
Pero el Partido Comunista, al cual pertenecía el poeta, presentó el martes una querella para determinar las exactas razones de su muerte.
“El Partido Comunista de Chile se hace plenamente responsable de este acto. Pensamos que es un debe moral ineludible y porque además está dentro de un cuadro que se ha presentado en el país en el último tiempo en que se han empezado a aclarar muertes que parecían habían sucedido de un modo y sucedieron de otro modo por la acción de terceros”, dijo al interponer en la Corte de Apelaciones de Santiago la querella el diputado y presidente del PC, Guillermo Teillier.
Citó como ejemplos que avalan esas sospechas de la muerte de Frei, del dudoso suicidio del ex ministro José Tohá y recientemente de la autopsia que se le practica a los restos exhumados del presidente Salvador Allende.
El abogado que representa al Partido Comunista en la acción judicial, Eduardo Contreras, aseveró que la querella es “porque el conjunto de evidencias registrado en los últimos meses señala claramente que hay una duda legítima respecto a esta presunta muerte natural del poeta Pablo Neruda”.
Contreras dijo a la prensa que además de las declaraciones del chofer Manuel Araya existen otros testimonios, como el del ex embajador de México en Chile Gonzalo Martínez Corbalá, que estuvieron con Neruda en la clínica el día anterior a su muerte y lo encontraron en buenas condiciones.
Fuente: El Universal.com
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