En este período son fundamentales la educación y la socialización del
cachorro para garantizar su adaptación a nuestra sociedad y forma de vida.
Antes de empezar a educar al cachorro, debemos tener muy claro que nuestros esfuerzos no van a dar resultados inmediatos, pudiendo no ser visibles hasta el año o año y medio.
Perros y personas hablamos lenguajes distintos, por lo que es necesario encontrar un canal de comunicación con el que podamos entender sus necesidades emocionales y él nuestros requerimientos.
El éxito en la educación de tu cachorro está en tener:
Coherencia a la hora de aplicar las normas. No le permitas en ciertas ocasiones lo que prohibirás después sistemáticamente
Paciencia para repetirle las mismas pautas la cantidad de veces que sean necesarias. No le bombardees con órdenes
No le pegues ni le grites. Tu perro no debe aprender y actuar bajo el miedo o la coacción. Si tu perro aprende, mantendrá siempre la misma conducta. Si lo hace por miedo repetirá el mal comportamiento cuando se quede solo
Los primeros días la nueva situación le generará cierto estrés, puesto que tendrá que acostumbrarse a un nuevo hogar, a nuevas normas de convivencia y a una nueva familia.
Dale la máxima tranquilidad, mucho cariño, comprensión, espacio vital y libertad para investigar su nuevo entorno y acostumbrarse a él.
Todo es nuevo: olores, ruidos, objetos… déjale explorar por las diferentes habitaciones y permítele que husmee sin reñirle!
Hasta que se acostumbre al nuevo hogar convendrá que pueda disfrutar de tu presencia y compañía en todos los momentos posibles, pero no de una atención continuada.
Nunca le dejes solo los primeros días en el jardín. Es un animal social y al sentirse solo, lejos de su madre y hermanos, se encontrará perdido y en peligro.
Una vez acostumbrado a su nuevo entorno asígnale un espacio donde siempre deberá dormir.
Si llora porque se siente extraño ignórale: ya verás que intentará hacerlo unas cuantas veces más hasta que compruebe que este comportamiento no le da resultado.
Algunos trucos, si llora por las noches o cuando se queda solo son:
Pon en su camita una botella con agua tibia, envuelta en una toalla. Le recordará al calor de su madre y se tranquilizará.
Ponle cerca un reloj de cuerda cuyo tic tac le evoque el corazón de mamá
Y sobre todo los primeros días, hasta que le veas habituado al nuevo entorno, acude a tranquilizarle si le ves intranquilo pero, una vez habituado, no acudas siempre a su llamada. Hazlo de vez en cuando, cuando no se lo espere y espaciando cada vez más tu respuesta.
¿Cómo evitar problemas de comportamiento?
La socialización es la base principal para tener un perro equilibrado emocionalmente.
Aunque tu perro no pueda caminar por la calle hasta que esté completamente vacunado, deberá acompañarte en muchas de tus salidas al exterior, en brazos.
En sus primeros paseos, deberás llevarlo en brazos, para que se acostumbre a la gente, las caricias, ruidos, coches, motos, autobuses, camiones de la basura, persianas de garajes, puertas, sirenas de ambulancias o policía, gritos, movimientos de niños en el parque y a todos aquellos estímulos que formarán parte de su vida en el mundo humano. Si haces este sencillo ejercicio, cuando sea adulto no tendrá comportamientos depredatorios (correr detrás de bicis, motos, niños…), ni agresivos, miedosos o fóbicos.
Deberás enseñarle gradualmente a experimentar momentos de soledad para que en un futuro no muestre comportamientos destructivos cuando se quede solo en casa. Estas experiencias primarias, junto a una jerarquización correcta, evitarán aullidos, ladridos, destrozos y defecaciones o micciones en vuestra ausencia.
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