"Quienes padecen de Trastorno de Ansiedad Social (también denominada
Fobia Social) experimentan un temor exagerado a ser
objeto de juicios negativos por parte de otros."
Estas situaciones y otra serie de sucesos hacen que el que la padezca se sienta inseguro, acechado, incómodo, con sensaciones intensas y desagradables acerca de lo que pueden estar hablando de él (cierta paranoia).
Se suele desarrollar en la juventud, después de la adolescencia. Su aparición es mucho más común de lo que se piensa popularmente, y no hay que considerar esta fobia como extraña. Aceptarlo abiertamente en público es el mejor modo de comenzar a superarlo, para poder intentar sentirse mejor comprendido y de ese modo, aminorar la angustia.
La intensa ansiedad y angustia en situaciones de desenvolvimiento social, resulta especialmente perturbadora en los jóvenes, para quienes es de capital importancia la pertenencia a un grupo o el inicio de relaciones laborales y de pareja. En un intento de aliviar sus síntomas, descubren y utilizan, una y otra vez, el efecto desinhibidor del alcohol (“voy a tomar algo fuerte para darme coraje”), ansiolíticos y otros tóxicos.
Quienes padecen de Trastorno de Ansiedad Social (también denominada Fobia Social) experimentan un temor exagerado a ser objeto de juicios negativos por parte de otros. Es por ello que evitan de modo constante un gran número de actividades de orden social ya que cuando se exponen a las mismas sufren una gran tensión y síntomas tales como rubor, palpitaciones, transpiración profusa y temblor. Las situaciones temidas pueden ser, numerosas, y en este caso se trata del subtipo generalizado (concurrir a fiestas o reuniones, conocer gente nueva, participar de pequeños grupos de trabajo, realizar conquistas amorosas) o únicas y específicas, subtipo discreto (dar un discurso, actuar frente al público, ir al baño cuando hay personas en el ambiente contiguo)
El 39,6 % de las personas con Ansiedad Social presentan abuso de sustancias[cita requerida]. Téngase en cuenta la importancia que este dato reviste, dado que gran parte de quienes la padecen son personas jóvenes, que presentan así un alto grado de vulnerabilidad a desarrollar una adicción. Este abuso o dependencia de sustancias y/o alcohol, como una forma de automedicarse, disminuye los niveles de ansiedad de los pacientes gracias a la desinhibición que el alcohol produce. Además, estudios realizados revelaron un promedio de 32% de Fobia Social en poblaciones de alcohólicos, un porcentaje casi tres veces mayor que en la población general.
Síntomas
La Fobia Social suele presentar una muy buena respuesta a la terapia cognitivo-conductual (TCC), en sus variantes individual y grupal (vease el trabajo del Dr. Garcia-Lopez en la Universidad de Granada). Es fundamental que los mismos sean llevados a cabo por personal altamente entrenado.
En gran parte de los casos está indicado también el tratamiento psicofarmacológico, que suele lograr respuestas donde la TCC sola no lo logra, además de acortar los tiempos de evolución.
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