Tenían de todo en su colección; desde Rafael hasta Picasso.
Muy a menudo, se sentaban juntos a admirar las grandes
obras de arte, desgraciadamente, el hijo fue a la guerra.
Fue muy valiente y murió en la batalla mientras
rescataba a otro soldado.
El padre recibió la noticia y sufrió profundamente la
muerte de su único hijo.
Un mes mas tarde, justo antes de la Navidad,
alguien tocó a la puerta.
Un joven con un gran paquete en sus manos dijo al padre:
Señor, usted no me conoce, pero yo soy el soldado
por quien su hijo dio la vida.
Él salvó muchas vidas ese día, me estaba llevando a un lugar
seguro cuando una bala le atravesó el pecho, muriendo
así instantáneamente.
Él hablaba muy a menudo de usted y de su amor por el arte.
El muchacho extendió los brazos para entregar el paquete:
"Yo sé que esto no es mucho.
Yo no soy un gran artista, pero creo que a su hijo le hubiera
gustado que usted recibiera esto."
El padre abrió el paquete. Era un retrato de su hijo, pintado por el
joven soldado. Él contempló con profunda admiración la manera
en que el soldado había capturado la personalidad de su
hijo en la pintura.El padre estaba tan atrapado por la expresión de
los ojos de su hijo que los suyos propios se arrasaron de
lágrimas.
Le agradeció al joven soldado y ofreció pagarle por el cuadro.
“¡Oh no, Señor, yo nunca podría pagarle lo que su hijo hizo por
mí. Es un regalo.“!
El padre colgó el retrato arriba de la repisa de su chimenea.
Cada vez que los visitantes e invitados llegaban a su
casa, les mostraba el retrato de su hijo antes de
mostrar su famosa galería.
El hombre murió y unos meses más tarde y se anunció una
subasta con todas las pinturas que poseía.
Mucha gente importante e influyente acudió con grandes
expectativas de hacerse con un famoso cuadro de la colección.
Sobre la plataforma estaba el retrato del hijo.
El subastador golpeó su mazo para dar inicio a la
subasta.
"Empezaremos los remates con este retrato del hijo,
¿quién ofrece por este retrato?"
Hubo un gran silencio. Entonces una voz del fondo
de la habitación grito:
"Queremos ver las pinturas famosas, Olvídese de esa".
Sin embargo el subastador persistió:
"¿Alguien ofrece algo por esta pintura?
¿$100.00? ¿$200.00?"
Otra voz gritó con enojo:
"No venimos por esa pintura,
Venimos por... los Van Goghs, los Rembrandts.
Vamos a las ofertas de verdad"
Pero aún así el subastador continuaba su labor:
"El Hijo, El Hijo, El Hijo...
¿Quién se lleva El hijo?"
Finalmente una voz se oyó desde atrás, el viejo jardinero
del padre y del hijo. Siendo un hombre muy pobre, ofreció lo
único que podía ofrecer, $10.
"Tenemos $10 ¿Quién da $20?", grito el subastador."
La multitud se estaba enojando mucho.
No querían la pintura de "El Hijo".
Querían las que representaban una valiosa inversión para sus
propias colecciones.
El subastador golpeó por fin el mazo:"Va una, van dos,
VENDIDA por $10"
"Empecemos con la colección!", gritó uno.
El subastador soltó su mazo y dijo:
"Lo siento mucho, damas y caballeros, pero la subasta
llego a su final"
Pero, ¿y las pinturas?", dijeron los interesados.
"Lo siento" Contestó el subastador "Cuando me
llamaron para conducir esta Subasta, se me dijo de un
secreto estipulado en el testamento del dueño."
Yo no tenía permitido revelar esta estipulación hasta este
preciso momento.
Solamente la pintura de "EL HIJO" sería subastada.
Aquel que la aceptara heredara absolutamente
todas las posesiones de este hombre, incluyendo
las famosas pinturas.
El hombre que aceptó quedarse con "EL HIJO"
se queda con TODO".
REFLEXIÓN: Dios nos ha entregado a su Hijo, quien
murió en una cruz 2,000 años.
Así como el subastador, su mensaje hoy es:
"EL HIJO, EL HIJO, ¿QUIÉN SE
LLEVA EL HIJO?" Quien ama al Hijo lo tiene todo.
Evangelio de Mateo 6:33
"Buscad primero el Reino de Diosy su justicia, y todo lo demás,
se os darán por añadidura."
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