Introducción
La
depresión postparto consiste en el desarrollo de una depresión en la madre tras
el nacimiento de su hijo. A veces, esta depresión puede tener una fácil explicación,
bien porque el hijo no ha sido deseado o porque no es normal. Sin embargo, en
la mayoría de las ocasiones la depresión parece no tener sentido: " Deseaba tanto
tener este hijo y ahora que lo tengo me siento completamente desdichada", "¿Qué
me está pasando?", "El parto fue magnífico, mucho mejor de lo que esperaba, y
todo el mundo se portó maravillosamente conmigo, especialmente mi marido. Yo debería
dar saltos de alegría", "Tenía miedo que el bebé tuviera algún defecto al nacer,
pero es perfecto", " Entonces, ¿Porqué no lo estoy disfrutando?, Quizás no valgo
para ser madre".
Estas
mujeres no son unas desagradecidas o unas malas madres sino que están experimentando
una de las complicaciones más frecuentes del parto, la depresión postparto, un
trastorno que todavía sufren en silencio un gran número de mujeres.
Cuál
es la frecuencia?
La
depresión postparto es una de las enfermedades más frecuentes tras el parto ya
que afecta a una de cada diez parturientas. Si no se trata adecuadamente puede
persistir durante meses e incluso años.
Cuáles
son sus síntomas?
Tristeza
La
tristeza es desde luego el síntoma más frecuente de la depresión postparto. Las
pacientes se sienten bajas de ánimo, infelices y desgraciadas la mayor parte del
tiempo aunque estos síntomas pueden empeorar en algún momento particular del día,
como por las mañanas o por las tardes. En ocasiones, las pacientes pasan días
malos y días buenos, siendo estos últimos realmente frustrantes ya que el día
bueno previo hizo que se albergaran esperanzas de mejorar. A veces, a las pacientes
les parece que no merece la pena vivir, precisamente en unos momentos en que deberían
sentirse muy alegres.
Irritabilidad
La
irritabilidad con frecuencia acompaña a la sensación de tristeza. La paciente
puede estar irritable con sus otros hijos y ocasionalmente incluso con el recién
nacido, aunque la mayoría de las veces lo está con su marido quien no suele comprender
qué es lo que está pasando.
Fatiga
Todas
las nuevas madres se sienten un poco abrumadas y fatigadas, pero la madre con
depresión postparto se siente tan agotada que llega a pensar que padece alguna
enfermedad física.
Insomnio
Cuando
por fin la madre se va a la cama puede que tenga dificultad para conciliar el
sueño, o si duerme, puede que se despierte muy pronto, incluso aunque su pareja
sea quien se ocupe de alimentar al bebé durante la noche.
Pérdida
de apetito
Las
madres deprimidas generalmente no tienen ni tiempo ni ganas de comer lo cual contribuye
a que se sientan malhumoradas y agotadas. Algunas madres deprimidas comen en exceso
para aliviar su malestar psicológico y luego se sienten culpables y molestas con
su gordura.
Incapacidad
para disfrutar
Lo
que antes era un placer ahora no apetece y lo que antes interesaba ahora se convierte
en aburrido. Esto es especialmente cierto en el caso de las relaciones sexuales.
Algunas mujeres recuperan el interés por el sexo (si es que en algún momento lo
perdieron) antes de que transcurran 6 semanas del parto, pero las madres con depresión
postparto suelen rechazar cualquier contacto sexual lo cual puede generar tensión
en la pareja.
Desbordamiento
Las
madres con depresión postparto tienen la sensación de no disponer de tiempo para
nada, de no hacer nada bien y de no poder hacer nada para remediarlo. A estas
pacientes les resulta realmente difícil el establecer nuevas rutinas para poder
hacer frente al bebé y a la nueva situación que viven.
Ansiedad
Suele
ser aguda y se puede presentar en forma de temor a quedarse sola con el bebé por
miedo a que este grite, no quiera comer, se ahogue, se caiga o se haga daño de
cualquier otra forma. Algunas madres deprimidas perciben a su bebé como un objeto.
En vez de sentir que han dado a luz a la criatura más cariñosa y adorable del
mundo se sienten distantes de su hijo, al cual perciben como un pequeño ser misterioso
y extraño, cuyos pensamientos (de tener alguno) son insondables y cuyas
necesidades y emociones deben ser en algún modo satisfechas. La tarea de
la nueva madre deprimida que todavía no se ha "enamorado" de su hijo es realmente
dura. No obstante, el amor surge al final, cuando el niño es mayor y más
interesante.
Sin
embargo, la depresión postparto puede desarrollarse aún cuando el amor por el
recién nacido sea intenso. En estos casos, la madre teme desesperadamente perder
a su precioso bebé por no cuidarlo bien, porque no se desarrolle adecuadamente,
por una infección o bien teme que muera súbitamente. Un simple catarro puede causar
una gran preocupación. La madre puede obsesionarse con el peso del bebé y alarmarse
si llora demasiado o incluso si pasa mucho tiempo en silencio, llegando a pensar:
¿habrá dejado de respirar?. Es frecuente que la paciente desee ser constantemente
tranquilizada por su pareja, su familia, su médico o cualquier otra persona.
La
ansiedad también puede hacer a la madre preocuparse por su propia salud. Puede
sentir pánico cuando su pulso se acelera o si tiene alguna palpitación, llegando
incluso a pensar que tiene algo malo en el corazón o que está al borde de un accidente
cerebrovascular. En ocasiones se siente tan debilitada que piensa que tiene alguna
enfermedad terrible y que nunca volverá a tener energía de nuevo. Estas sensaciones
extrañas e inusuales le harán plantearse la pregunta ¿Me estoy volviendo loca?
(La respuesta es NO).
El
temor de quedarse sola con todas estas preocupaciones puede dar lugar a que incluso
la mujer más capaz se sienta tan indefensa que no desee que su marido vaya al
trabajo.
¿No
se sienten todas las mujeres un poco así tras tener un hijo?
Gracias
a Dios, no. Muchas mujeres,
aproximadamente una de cada dos, se sienten un poco
llorosas, desanimadas e
inseguras en el tercer o cuarto día tras el parto. Es
el conocido "maternity blues" o
depresión del tercer día que dura de unas horas
a un par de días y que pronto
desaparece. Desde luego, muchas mujeres se sienten
cansadas y un poco
desorganizadas cuando regresan a casa del hospital, pero generalmente
controlan perfectamente la
situación cuando pasa más o menos una semana. Sin embargo,
para las madres con una
depresión postparto las cosas empeoran día tras día.
Cuándo
ocurre?
La
mayoría de los casos de
depresión postparto surgen en el primer mes tras el parto,
aunque en ocasiones este
trastorno puede dar la cara 6 meses más tarde.
Por
qué ocurre?
Todavía
no sabemos lo
suficiente sobre porqué las mujeres desarrollan depresiones postparto
como para poder estar
seguros de quien la desarrollará y quien no. Probablemente
no existe una causa
única sino más bien diferentes tipos de estrés que pueden
tener la misma
consecuencia o que pueden actuar conjuntamente.
Sabemos
que entre esos "factores de riesgo" están:
-
una historia previa de depresión
(especialmente de depresión postparto).
- una
falta de apoyo por parte de la pareja.
- un
bebé prematuro o con cualquier tipo de enfermedad.
-
el
que la nueva madre hubiera perdido a su madre cuando era niña.
-
una acumulación
de acontecimientos vitales adversos, como el fallecimiento de un ser querido,
la pérdida del empleo de la paciente o de su pareja, problemas económicos, problemas
de vivienda, etc.
Sin
embargo, una mujer puede sufrir una depresión postparto sin que se aprecie ninguna
razón obvia para la misma.
Qué
pasa con las hormonas?
Parece
probable que la depresión postparto esté relacionada con los importantes cambios
hormonales que tienen lugar en el momento del nacimiento de su hijo, aunque todavía
no dispongamos de evidencias al respecto. Aunque los niveles de estrógenos, progesterona
y otras hormonas relacionadas con la reproducción que pueden afectar a las emociones
descienden bruscamente tras el parto, no se han encontrado diferencias entre las
hormonas de las madres que desarrollan una depresión postparto y las de las que
no. Una posible explicación es que probablemente algunas mujeres puedan ser más
sensibles que otras a tales cambios.
¿Maltratan
las mujeres con depresión postparto a sus bebés?
No, ellas no lo hacen. Se pueden sentir como si lo fueran a hacer y se
preocupan mucho por la posibilidad de hacer daño a sus hijos, aunque
realmente nunca lo hacen. Para ser honestos, muchas mujeres sin
depresión postparto han podido llegar a pensar en alguna ocasión " Creo
que si sigue llorando lo voy a coger y lo voy a lanzar por la ventana".
Las mujeres que "golpean" a sus bebés con frecuencia presentan graves trastornos emocionales que tienen su origen en su infancia.
Raramente,
sin embargo, un bebé es herido o incluso asesinado, constituyendo
un infanticidio, por una madre que presenta un trastorno mental
grave en esos momentos. Esta es una consecuencia trágica de la
llamada "psicosis puerperal", una enfermedad mental muy grave,
aunque tratable, que puede aparecer a los pocos días del parto. La
madre puede delirar y llegar a pensar que su hijo es el diablo y por eso
tiene que acabar con él, o puede tener ideas suicidas y decidir
acabar no sólo con su vida sino también con la del recién nacido. La
psicosis puerperal ocurre únicamente en uno de cada 500 partos y el
infanticidio es afortunadamente muy raro.
Qué puede hacerse?
Muchas cosas, pero lo primero desde luego es reconocer y diagnosticar la depresión.
Muchas madres deprimidas no son conscientes de que tienen una enfermedad y se
sienten avergonzadas de tener que admitir cómo les ha
afectado su reciente maternidad. Algunas pueden llegar a creer
que si dicen como se sienten realmente puede que les quiten a
su hijo (esto NO ocurrirá). Algunos médicos, enfermeras y
trabajadores sociales están preparados para reconocer la depresión
postparto ya que conocen su existencia y se esfuerzan por
detectara, sin embargo, otros profesionales la pasan por alto
o, lo que es peor, la ignoran considerándola como un simple
"maternity blues".
En la actualidad existe una mayor
concienciación para el reconocimiento y tratamiento de la
depresión en general y la depresión postparto no debe ser una excepción.
Una
vez que se sospecha la presencia de este trastorno, hay
que animar a la paciente para que exprese como se siente
realmente tras el parto de su hijo. Si manifiesta sentirse
triste, desgraciada, irritable, incompetente, asustada y desinteresada
por el bebé, debe aceptarse esto con una actitud
comprensiva, no con alarma y reproches.
El
decirle a la madre que todo lo que le está pasando es
consecuencia de que tiene una enfermedad llamada
depresión postparto suele ser de gran ayuda, ya que por
lo menos sabrá a qué tiene que enfrentarse. Hay que tranquilizarla e
intentar convencerla de que ella no es una madre
caprichosa, extravagante o una mala madre,
y de que otras muchas personas han padecido y padecen la misma enfermedad. La depresión postparto es muy frecuente, y si
se pone tratamiento sin duda mejorará. Hay que advertir
a la paciente que el tratamiento necesitará su tiempo
para hacer efecto y que será necesario el concertar algunas citas para
que reciba el apoyo necesario hasta que se recupere.
En
este momento es importante el involucrar a la pareja
de la paciente de forma que él pueda comprender qué es
lo que ha estado pasando (no olvidemos que él también
ha estado sufriendo las cosecuencias de la depresión postparto).
Posiblemente él sea quien mejor pueda apoyar a la
paciente, aunque también necesitará algo de apoyo para
sí mismo, especialmente si es el primer hijo que tiene la pareja
y si se ha sentido desplazado tras su llegada. Este es un
aspecto realmente importante ya que si el marido está
resentido y no comprende hasta que punto su esposa necesita
de su apoyo y ayuda podrán surgir más problemas. El marido de la
paciente también se sentirá aliviado por el
diagnóstico y por recibir consejos sobre cómo actuar.
La ayuda práctica con el recién nacido, una actitud comprensiva y
afectiva y el ser positivo serán apreciados incluso
cuando la depresión desaparezca.
Qué pasa con el tratamiento hablado?
La
oportunidad de poder hablar tranquilamente con un
interlocutor simpático, comprensivo y no crítico,
que puede ser un amigo, un familiar, un profesional o cualquier
otra persona, puede significar una gran ayuda para la
paciente.
Los tratamientos psicológicos
más especializados tales como la psicoterapia (mediante
la cual intentará comprender la depresión en términos de lo que
le ocurrió en el pasado) y la terapia cognitiva
(que intentará hacerle sentir más positivo sobre
sí mismo) constituyen también una gran ayuda y pueden ser solicitadas
por su médico de cabecera a los profesionales de
la Unidad de Salud Mental que le corresponda.
Qué pasa con las pastillas?
Los
médicos de cabecera no siempre prescriben
tratamiento farmacológico para sus pacientes
con trastornos emocionales. Sin embargo, en ocasiones la naturaleza de
la depresión es tal que hace necesario un
tratamiento con fármacos antidepresivos. Estos medicamentos:
- No son tranquilizantes
ni estimulantes.
- No
son adictivos, no crean dependencia.
- Necesitan
dos semanas o más para empezar a hacer efecto.
- No
hacen necesario el suspender la lactancia materna ya que entre los muchos antidepresivos
disponibles existen algunos que no pasan a la leche materna y por tanto no afectarán
a su hijo en absoluto.
- Necesitan
ser mantenidos durante al menos 6 meses tras la depresión para reducir el riesgo
de recaída.
A muchas mujeres les parece
más atractiva la posibilidad de recibir tratamiento con hormonas en
lugar de con antidepresivos ya que consideran a éstas más naturales. Sin
embargo, las evidencias disponibles sobre su eficacia son cuestionables
y además no están exentas de efectos secundarios.
La
progesterona parece funcionar mejor en supositorios, mientras que los
estrógenos se aplican actualmente en forma de parches en la piel. No
existe duda de que muchas mujeres creen que el tratamiento hormonal
que han recibido les ha beneficiado, pero todavía está por demostrar
que este sea algo más que un placebo, es decir que la curación se
produce más por la esperanza puesta en el tratamiento que por el
propio tratamiento en sí.
¿Cuál es el futuro de la depresión postparto si no se trata?
La
mayoría de las mujeres suelen mejorar en algún grado al cabo de
semanas, meses o incluso uno o dos años. Sin embargo, esto es a
costa de un gran sufrimiento injustificado. La depresión postparto
hace de la maternidad una mala experiencia y dificulta la
relación entre la pareja. De forma que lo mejor es detectar lo
antes posible este trastorno para tratarlo precozmente.
Puede prevenirse la depresión postparto?
Si.
Existen tres formas de prevención: detectar precozmente el
trastorno, tratarlo rápidamente y evitar sus consecuencias.
Este folleto está especialmente dedicado a la detección y
tratamiento precoz de la depresión postparto.
- No
intente ser una supermujer. El tener un hijo es un trabajo que puede exigir dedicación
exclusiva, de forma que durante su embarazo intente reducir sus compromisos (si
trabaja, asegúrese que se alimenta de forma suficiente y con regularidad y ponga
los pies en alto durante la hora de la comida).
-
No se mude
de casa mientras esté embarazada o hasta que su hijo no tenga seis meses.
- Haga
amistad con otras parejas que estén esperando un hijo o que lo hayan tenido recientemente.
Entre otras cosas, esto le posibilitará el disponer de alguien que pueda cuidar
a su hijo cuando lo precise.
-
Identifique
a alguien en quien pueda confiar, es necesario disponer de algún amigo a quien
acudir en caso de necesidad.
-
Vaya a las
clases preparto y lleve a su pareja consigo.
Si
ha sufrido previamente una depresión, esto no significa que usted vaya a tenerla
de nuevo en el siguiente parto. Sin embargo, tras el parto es necesario que se
ponga en contacto con su médico de cabecera para que éste vigile la posible aparición
de cualquier signo de recurrencia de la depresión postparto y así comenzar lo
antes posible con el tratamiento.
Una
vez que el bebé haya nacido:
- Aproveche
cualquier oportunidad para descansar. Aprenda a echar cabezadas o pequeñas siestas.
Su pareja podrá encargarse de alimentar al bebé por la noche, utilizando si usted
lo desea incluso su propia leche extraída con anterioridad.
-
Aliméntese
adecuadamente. Las ensaladas, los vegetales frescos, la fruta, los zumos, la leche
y los cereales son alimentos muy adecuados para este momento y que además no necesitan
de mucha cocina.
- Encuentre
tiempo para disfrutar con su pareja. Intente conseguir una niñera y salgan juntos
a cenar, al cine, a ver unos amigos o tomar una copa.
-
Intente intimar
con su pareja, incluso aunque todavía no le apetezca tener relaciones sexuales
completas, un beso, un abrazo, una caricia, o un mimo pueden ser bastante reconfortables
hasta que regrese el deseo sexual al completo.
-
No sea muy
crítica consigo misma ni con su pareja. La vida se hace bastante dura en estos
momentos y el cansancio y la irritabilidad de ambos puede conducir a discusiones
frecuentes que no harán mas que debilitar su relación en unos momentos en que
esta debería ser más fuerte.
-
No tema pedir
ayuda cuando la necesite. Aunque su médico es quien debe realizar el diagnóstico
de su depresión postparto, lo que usted haya aprendido en las clases preparto
y en folletos como este puede orientarle sobre cuando pedir ayuda.
Finalmente,
a pesar de que la depresión postparto ya esté instaurada cuando se le diagnostique,
no se desespere, el apoyo, el consejo y la medicación marcarán la diferencia y
acelerarán su recuperación. Nunca es tarde.
Fuente
Gobierno
de Canarias, España
http://www.gobiernodecanarias.org/sanidad/scs/susalud/susalud.htm
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