sendero,
ya casi sin fuerzas para hacer camino;
porque ya no puedo, porque ya no sigo;
ven a desafiarme con tu desafío.
impulso,
llévame a mí mismo.
en el tiempo oscuro, entre el viento frío
que alumbre y reviva mi andar
peregrino.
del primer paso para un principio.
necesita
para levantarse desde lo caído.
sin ver más espacios que el de los
abismos
puentes,
que también hay alas que no hemos visto.
que seremos siempre lo que hemos
creído.
y todo nos guía hacia nuestro sitio,
empeño
nos lleva a la forma de no ser vencidos.
estremece,
deshoja y retoña, pero queda erguido.
es aquel que cubre nuestro pie
extendido.
solitario
y triste, quebrado, herido,
entra por mis ojos hasta mi escondrijo
puede!”, hasta
que yo entienda que puedo lo mismo.
al que de cansancio se quedó dormido.
brazos,
para incorporarme, nuevo y decidido.
con hombro vamos,
y así “¡se puede!”, con el mismo brío.
lleva mi mirada hacia tu camino.
marcadas,
de un paso tras otro por donde has
venido.
madrugada,
la voz insistente para un nuevo inicio.
creído,
que siempre se puede...
“¡se puede, mi amigo!”.
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