Ya sea porque no tienen solución o porque ésta no depende de nosotros.
Sólo podemos cambiarnos a nosotros mismos y sólo en ciertos aspectos.
Nosotros nunca vamos a poder cambiar a otra persona, por mucho que la presionemos, si ella no quiere o puede hacerlo.
En ocasiones vivimos experiencias que nos hacen sufrir o nos enojan y no tenemos ningún control sobre ellas.
Enojarnos porque son injustas, porque no deberían de ser, etc., sólo aumenta nuestro dolor y coraje.
Por lo tanto, lo mejor es aceptarlas, es decir, reconocer que así son, que se están dando.
Esto no quiere decir resignarnos, sin hacer nada.
Al contrario, al aceptarlas, podemos ver que opciones tenemos.
Si no podemos cambiar la situación que estamos viviendo, podemos alejarnos de ella o cambiar nuestra actitud y forma de pensar.
Por ejemplo, el jefe regaña al empleado, éste se desquita con su esposa, ella con los niños, ellos con el hijo de su vecino que va llorando con su mamá, ésta se enoja y …
Y así sucesivamente la cadena puede alargarse al infinito.
¿Cómo romperla?
Cuando se desquitan contigo, aunque sepas que es injusto, no discutas en ese momento.
Después, elige el momento adecuado y habla las cosas, utilizando técnicas adecuadas de comunicación.
Cuando tú estés enojada, analiza bien las causas y busca resolver los problemas con la persona adecuada.
Utiliza las técnicas adecuadas para relajarte y tranquilizarte y si es necesario, comenta con la gente con la que estás en esos momentos, que estás enojada y/o de mal humor, pero que no es con ellos
Por eso es importante hablar y aclarar las cosas con la persona involucrada.
Sin embargo, si estás muy enojado, antes de hablar, date un tiempo para disminuir tu coraje.
Hazlo, distanciándote físicamente de la situación o la persona.
Pero evita, durante ese tiempo, tener pensamientos que mantengan tu coraje.
Lo ideal es hacer alguna actividad que te "obligue" a pensar en otra cosa.
Aprovecha ese tiempo para trabajar en tu enojo, relajándote, leyendo un libro, oyendo música, dando un paseo, etc.
Cuando realmente podemos hacerlo, contactando con sus necesidades, sentimientos y pensamientos, podemos entender la razón de su conducta.
Esto no significa que tenemos que estar de acuerdo con esa persona, pero sentir y ver las cosas desde su punto de vista, nos ayuda a tener una perspectiva diferente y a eliminar el enojo.
En primer lugar no podemos adivinar el pensamiento y por lo tanto, la intención de la gente.
En segundo lugar, no todo lo que sucede está relacionado con nosotros, aunque a veces es lo que pensamos.
Pensar así es un error, que arrastramos de nuestra infancia y que nos hace sufrir innecesariamente.
Si lo piensas, pregúntale a la persona involucrada, pero sin atacarla.
Utilizando una comunicación adecuada
Cuando nos enojamos con frecuencia o cuando la gente lo piensa, es importante llevar un diario para darnos cuenta de:
- Qué tan frecuentemente nos enojamos,
- el nivel de nuestro coraje,
- la causa o causas principales,
- nuestra forma de pensar y cómo influye en alimentar nuestro coraje,
- identificar "los disparadores" de nuestro enojo, para evitarlo,
- desahogarnos.
- ¿Del 1 al 10, en donde 10 es mucho y 1 nada, cómo crees que calificarían los demás tu enojo?
- ¿Cómo lo calificarías tú?
- ¿Qué está sucediendo?
- ¿Qué sucedió antes?
- ¿Qué piensas de lo que sucede o de la persona que te provocó el enojo?
Elige algunas técnicas adecuadas, para solucionar el problema.
Todos tenemos ciertas áreas con una buena autoestima y otras con una autoestima baja.
Creemos, equivocadamente, que reconocer que nuestra autoestima es baja, indica que estamos mal, que somos personas de "segunda".
Esto es un error.
Lo único que indica, es que tuvimos un aprendizaje equivocado en algunos aspectos y que sería conveniente que lo trabajáramos, para sentirnos mejor y obtener mejores resultados en todo lo que hacemos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario