Una investigación conjunta de la Universidad de las Islas Baleares y la Universidad de Barcelona concluye que el equilibrio entre dos genes podría ser el responsable de la estabilidad entre concentración y distracción. El estudio se presentará en la XI Conferencia Internacional sobre Neurociencia Cognitiva (ICON) que se celebrará en Palma del 25 al 29 de septiembre.
La revista Neuroimage ha publicado un estudio sobre las bases genéticas de la flexibilidad mental humana ante situaciones novedosas y en la resolución de problemas complejos, en el cual ha participado el doctor Francisco Barceló, catedrático de Neuropsicología de la Universidad de las Islas Baleares y responsable del grupo de investigación en Neuropsicología Clínica del Instituto Universitario de Investigación en Ciencias de la Salud (IUNICS) de la Universidad de las Islas Baleares, en colaboración con investigadores de la Universidad de Barcelona.
Nuestra capacidad para adaptarnos de forma flexible a los cambios así como a la novedad de nuestro entorno (tecnológico, laboral, cultural) exige mecanismos cerebrales flexibles, capaces de seleccionar lo importante del momento y suprimir lo que ya quedó desfasado. Esta flexibilidad mental, tan necesaria en nuestra sociedad cambiante, depende de un neurotransmisor cerebral llamado dopamina. La expresión diferencial del transmisor dopamina a través de conexiones prefrontostriatales (las que unen el córtex prefrontal con el núcleo subcortical "estriado" en la base del cerebro), puede explicar las variaciones individuales en la flexibilidad mental, es decir, lo que nos permite resolver problemas complejos o afrontar situaciones novedosas.
En este trabajo los autores ponen de relieve que esta forma de flexibilidad mental depende de un sutil equilibrio entre dos genes que regulan la concentración de dopamina en la corteza prefrontal y el núcleo estriado (controlando a las enzimas catecol-O-metiltransferasa -COMT- y ANKK1, respectivamente). Para ello se midió la actividad eléctrica cerebral de una amplia muestra de jóvenes mientras realizaban diversas tareas neuropsicológicas que producen activación en la región prefrontal. El estudio concluye que el equilibrio entre estos dos genes podría a su vez ser responsable del equilibrio entre nuestra capacidad para atender a los aspectos relevantes de un problema o situación (concentración) y a la vez suprimir los aspectos irrelevantes (distracción).
Este trabajo acaba de ser publicado en Neuroimage, una de las revistas más prestigiosas en el ámbito de la neurociencia cognitiva, y ha sido fruto de la colaboración entre la Universidad de las Islas Baleares y la Universidad de Barcelona dentro del proyecto CONSOLIDER-INGENIO 2010 “Bilingualism and Cognitive Neuroscience”. El estudio forma parte de la tesis doctoral del primer autor, el doctor Manuel García-García, quien actualmente realiza una estancia postdoctoral en la Universidad de Nueva York. Además del doctor Francisco Barceló, también son coautores los investigadores Carles Escera e Immaculada Clemente, ambos del Instituto de Investigación en Cerebro, Cognición y Conducta (IR3C) de la Universidad de Barcelona.
El trabajo abre una puerta a la compresión de las bases genéticas de la mente humana, ya que la acción del neurotransmisor dopamina en las regiones prefrontales del cerebro determina la eficacia de importantes funciones mentales, como la atención y la memoria. Así, la presencia de alelos del gen de la catecol-O-metiltransferasa (COMT), que regula la eficiencia de la transmisión sináptica en neuronas dopaminérgicas, determina la capacidad para resolver problemas mentales complejos, o para afrontar situaciones novedosas y conflictivas. Las personas que carecen de alelos COMT por algún defecto genético también presentan déficits en la resolución de problemas mentales, o en la rapidez y eficiencia de sus respuestas ante situaciones nuevas o conflictivas.
Es sabido que alteraciones genéticas anómalas desempeñan un papel clave en muchos trastornos neuropsicológicos asociados al autismo, el síndrome por déficit de atención con hiperactividad, la esquizofrenia o la demencia tipo Alzheimer. Este apasionante campo de la neurogenética conductual combina las nuevas técnicas de análisis genético con modernas técnicas de neuroimagen funcional para llegar a comprender la base genética de la mente humana y sus trastornos.
(Fuente: UIB)
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