El otro debe permanecer para ser frustrado permanentemente. Al mismo tiempo , hay que impedir que piense para que no tome conciencia del proceso .
Cuando un individuo perverso entra en un grupo, tiende A REUNIR A SU ALREDEDOR A SUS MIEMBROS MÁS DÓCILES CON LA IDEA DE SEDUCIRLOS. Si un individuo se niega a alistarse, el grupo lo rechaza y lo convierte en chivo expiatorio.
La conducta perversa no incluye únicamente una persecución del poder sino también y sobre todo una utilización del otro como si fuese un objeto , o una marioneta, algo que al perverso le produce un gran placer.
El poder del seductor hace que la víctima se mantenga en la relación de dominación de un modo dependiente, mostrando su consentimiento y su adhesión. Eventualmente, esto trae consigo amenazas veladas o intimidaciones. El seductor trata de debilitar para transferir mejor sus ideas. Hacer que el otro acepte algo por coacción supone admitir que no se considera al otro como a un igual. ( ejemplo: encerronas).
Así, el dominador puede llegar a apropiarse de la mente de la víctima, igual que en un verdadero lavado de cerebro. Entre los trastornos que pueden implicar trastornos de la personalidad, la clasificación internacional de las enfermedades mentales tiene en cuenta a los sujetos que se han visto sometidos durante mucho tiempo a maniobras de persuasión coercitiva tales como el lavado de cerebro, el encauzamiento ideológico o el adoctrinamiento en cautividad.
La estrategia perversa no aspira a destruir al otro inmediatamente. Lo importante es conservar el poder y controlar. Su víctima no es más que un objeto que no debe abandonar su posición de objeto, un objeto que se puede utilizar, y no un sujeto interactivo.
El perverso se presenta al observador con un aire de perfecta inocencia. Pero, dado que un perverso da muy poco y pide mucho, se pone en marcha un chantaje implícito "Si me muestro más dócil terminará por apreciarme o amarme".
La manifestación de una búsqueda de amor y de reconocimiento desencadena su odio y su sadismo.La fase de dominio es un periodo en que la víctima permanece relativamente tranquila siempre y cuando se muestre dócil, es decir, si se deja captar en la tela de araña de la dependencia.
Durante esta fase, el agresor mantiene a la víctima en tensión, en un estado de estrés permanente. En general los observadores externos no perciben el dominio. Se puede iniciar así un proceso de aislamiento. El entorno empieza a ver a la víctima como una persona desabrida, quejumbrosa, y obsesiva.
En cualquier caso , ha perdido su espontaneidad. La gente no termina de comprender qué ocurre , pero se ve arrastrada a juzgar negativamente a la víctima. El proceso adopta, por tanto, un modo particular de comunicación que se basa en las actitudes paradójicas, las mentiras, el sarcasmo, la burla y el desprecio. La comunicación se deforma con objeto de utilizar al otro. Para que siga sin comprender nada del proceso que se ha iniciado y para confundirlo todavía más , hay que manipularlo verbalmente. Arrojar confusión sobre las informaciones reales es esencial cuando hay que lograr que la víctima se vuelva impotente.
Extraído de "El Acoso Moral" de Marie-France Hirigoyen.
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