¿Cuáles son los síntomas?
El ADHD es un trastorno de la conducta que exhibe tres síntomas principales:
- Distracción: el niño puede tener dificultad para mantener la atención, escuchar y prestar atención a los detalles. Las habilidades de estudio y organización pueden ser deficientes, y el niño puede ser distraído y olvidadizo.
- Impulsividad: el niño puede responder abruptamente, a menudo interrumpir o entrometerse, o tener dificultad para esperar en situaciones escolares o de juego. Estas características frecuentemente impiden establecer relaciones sociales.
- Hiperactividad: quizás parezca que el niño se encuentra en continuo movimiento, sin quedarse quiero en ningún momento, a menudo corre o trepa y habla excesivamente.
Al diagnosticar ADHD, algunas preguntas son fundamentales:
- ¿Afectan los síntomas y las conductas el desempeño del niño?
- ¿Afectan las dificultades el bienestar del niño en más de un entorno?
- ¿Duraron las dificultades un período de tiempo considerable?
- ¿Tiene el niño problemas sociales o académicos?
Existen tres tipos principales de ADHD:
- Tipo combinado: Es el subtipo más común e involucra síntomas de impulsividad, hiperactividad y distracción.
- Tipo predominantemente distraído: Estos niños a menudo pierden cosas, se olvidan de su tarea, fantasean y tienen problemas con el control del tiempo, la planificación y la organización de sus cosas.
- Tipo predominantemente hiperactivo-impulsivo: Es el tipo menos común y se caracteriza por inquietud y nerviosismo, pero presenta poca cantidad o ausencia de problemas en la atención o concentración.
Problemas relacionados
Los niños con ADHD se encuentran en un riesgo alto de sufrir otros problemas. Algunos experimentan problemas en el aprendizaje, como dificultades de procesamiento del lenguaje o de lectura, que no son solo el resultado de la distracción. Algunos niños con ADHD tienen dificultad para regular su conducta para seguir las reglas y pueden ser bastante obstinados y resistentes a los límites y la autoridad. Dado que los niños y los adolescentes con ADHD tienden a buscar excitación, se aburren más fácilmente y pasan poco tiempo planificando cosas, algunos se sienten atraídos hacia conductas que buscan lo emocionante.
La ansiedad y la depresión son más comunes en los niños con ADHD que en la población en general. Algunos niños pueden preocuparse tanto que les resulta difícil mantenerse concentrados en el trabajo académico. De la misma forma, los niños tristes también son menos propensos a concentrarse y a sentirse motivados para mantenerse al día con las exigencias escolares. Si están irritables, pueden resistir la dirección o desenfrenarse.
¿Quiénes son más propensos a tener trastorno de hiperactividad o déficit de la atención?
Entre el tres y cinco por ciento de todos los niños sufren este trastorno, y en algunos casos alcanza el 15%. Eso significa que más de un millón de niños en los EE. UU. sufren de ADHD. Es más prevalente en los varones que en las mujeres, con el porcentaje estimado entre 4:1 a 9:1. (El porcentaje puede variar mientras aprendemos más sobre la forma en que las manifestaciones específicas del ADHD difieren entre los varones y las mujeres). Si bien pueden ser visibles algunos signos del ADHD durante los años preescolares, la mayoría de las familias busca ayuda cuando el niño comienza la escuela primaria y la conducta del niño interfiere en su adaptación y aprendizaje.
El ADHD es una enfermedad crónica, no episódica. Generalmente comienza de forma temprana y puede empeorar con el transcurso del tiempo a medida que se incrementan las exigencias del niño. La adolescencia temprana y media son épocas particularmente difíciles para los niños con ADHD. En algunos niños, los síntomas disminuyen o desaparecen durante la adolescencia tardía. Es inusual que los niños de 12 años corran por las tiendas o salten sobre los muebles, pero sí pueden sentirse inquietos y evitar ciertas situaciones. Pueden depender de medicamentos para desempeñar su capacidad en situaciones sociales y académicas. Alrededor de la mitad de los niños que sufren este trastorno puede superar los síntomas durante la adultez temprana; la otra mitad aprende estrategias para realizar su trabajo y llevarse bien con las demás personas. En una pequeña proporción, el trastorno persistirá durante el resto de la vida.
¿Por qué sucede?
El ADHD no es culpa de los padres ni del niño. Los niños nacen vulnerables a este trastorno. Existe evidencia de que el ADHD es genético. Los padres de niños a los que se les diagnosticó ADHD exhibieron síntomas vinculados con el trastorno cuando eran más jóvenes. Entre gemelos, el ADHD es más propenso a producirse en aquellos que son idénticos que entre aquellos que son mellizos.
Los niños con ADHD sufren un trastorno biológico cerebral. Tienen niveles inferiores de dopamina, un neurotransmisor. Además, algunos estudios de imágenes cerebrales realizados con tomografías por emisión de positrones (PET) demuestran que el metabolismo cerebral es inferior en pacientes con ADHD que en aquellos de controles normales, con una actividad metabólica considerablemente inferior en regiones del cerebro que controlan la atención, el juicio social y el movimiento. Otros exámenes de la función cerebral, como los estudios de resonancia magnética, demostraron patrones similares.
¿Cómo se trata?
Existen más de 200 estudios que demuestran que un estimulante denominado Ritalin (nombre genérico: metilfenidato), que se ha utilizado para tratar el ADHD durante más de 90 años, es eficaz con la gran mayoría de los niños con ADHD. El medicamento incrementa la atención del niño y reduce el nerviosismo y la hiperactividad excesivos, por lo que le permite al niño aprovechar sus talentos e intereses. Los niños que toman Ritalin son menos impulsivos y más atentos, tanto en el salón de clases como en situaciones sociales. Cuando el Ritalin no resulta eficaz o produce efectos secundarios, como reducción del apetito, impedimento para dormirse, dolores de cabeza o tristeza, generalmente se recetan otros medicamentos similares. En muchos casos, el medicamento produce una mejora considerable, para la satisfacción de todos aquellos que cuidan al niño. Algunos niños mejoran considerablemente con el medicamento, pero siguen teniendo problemas con el autocontrol o problemas para llevarse bien con los compañeros de la escuela o con la familia. Cuando esto sucede, resulta sensato ayudar a la familia y al niño a través de tratamientos de conducta elaborados cuidadosamente, que involucren al niño, la familia, el personal de la escuela y los médicos que recetan los medicamentos.
Preguntas y respuestas
¿Acaso correr y hacer muchas actividades no forman parte de la forma de ser de un niño? ¿Huck Finn y Tom Sawyer no tendrían que tomar Ritalin actualmente?
El ADHD es real. Existen criterios o síntomas esenciales que forman parte del trastorno. La evidencia más apremiante de cómo los jóvenes con ADHD difieren de la norma de que “son niños”, proviene de estudios de resultados donde los varones adolescentes a los que previamente se les había diagnosticado ADHD todavía exhibían altos índices de síntomas del ADHD.
¿Provoca el ADHD abuso de drogas?
No hay evidencia de que este sea el caso. El ADHD sin tratar puede producir graves conflictos con la autoridad y, con el transcurso del tiempo, puede convertirse en un patrón de conducta denominado trastorno de la conducta. Esto se suma considerablemente al riesgo de desarrollar abuso de drogas. No obstante, aparentemente, si los niños con ADHD no desarrollan un trastorno de la conducta, no son más propensos a desarrollar abuso de drogas que sus compañeros que nunca sufrieron ADHD.
¿Sufren los adultos de ADHD?
Estudios recientes demuestran que el niño que sufre ADHD continúa teniendo los síntomas durante la adolescencia. No queda claro cuántos continúan teniendo el trastorno; sin embargo, muchos mejoran durante la adolescencia tardía. Los adultos que sufren ADHD continúan teniendo problemas como; ser desordenados, decir o hacer cosas impulsivamente que generan problemas con otras personas, llegar tarde siempre, no dar continuidad a las tareas asignadas, tener un temperamento explosivo y veloz, ser impulsivo, etc.
¿Cómo ayuda el medicamento al ADHD?
El medicamento puede afectar los centros cerebrales relacionados con la atención. Reduce la distracción, se concentra en la atención y promueve el autocontrol. El medicamento a menudo provoca una mejora directa en el desempeño escolar y una mejora en la conducta y las relaciones sociales.
¿Por qué la terapia conductual es importante?
La terapia conductual comprende el desarrollo de un sistema para tratar la conducta del niño y para reducir las conductas problemáticas e incrementar el autocontrol y cumplimiento. Comprende dos grupos amplios de técnicas. El primer grupo intenta incrementar las conductas positivas al crear conciencia en el niño de las circunstancias que ocasionaron la conducta, como darle instrucciones muy claras, cambiar la disposición de los asientos de la clase, modificar las exigencias escolares, proporcionar una estructura durante las interacciones con los compañeros. El segundo grupo de técnicas aborda la forma en que los adultos reaccionan ante la conducta del niño de manera que el cumplimiento genere consecuencias positivas y las conductas difíciles generen consecuencias leves no deseadas. Las consecuencias de la conducta positiva pueden incluir recompensas; las consecuencias de la conducta negativa pueden incluir la falta de recompensa y un tiempo para reflexionar. Resulta útil la colaboración entre los padres y la escuela a partir de informes diarios o semanales.
Por: Timothy Verduin, Ph.D. and the Staff of the Child Study Center
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