¿Qué formas clínicas pueden tomar?
Los tics varían en cuanto a frecuencia e intensidad.
Los tics motores pueden ir desde movimientos simples y repentinos (p.ej., parpadeo, sacudidas de cabeza o encogimiento de hombros) hasta otros más complejos que pueden aparentar tener finalidad (p.ej., determinadas expresiones faciales o gestos con las manos o la cabeza). En los casos más extremos, pueden consistir en movimientos obscenos (copropraxia) o autolesivos (p.ej., golpearse o morderse). De igual modo, los tics fónicos o vocales pueden ir desde simples sonidos (p.ej., para aclararse la garganta) hasta vocalizaciones complejas. La coprolalia (habla obscena) constituye un caso extremo de éste tipo de tics.
¿Qué categorías diagnósticas se han descrito al respecto?
La actual clasificación de los trastornos por tics en el DSM-IV incluye el Trastorno de Gilles de la Tourette, el Trastorno por Tic Motor o Vocal Crónico, el Trastorno por Tics Transitorio y el Trastorno por Tics No Especificado.
¿A quienes afectan más los tics?
Hay datos que indican que la población infantil padece más tics que la adulta (en una proporción de 3 a 1), y que los varones están más afectos que las mujeres (en una proporción de 9 a 1).
¿En qué consiste el Trastorno por Tics Transitorio?
Se caracterizan por la presencia de uno o más tics motores o fónicos que varían en cuanto a la severidad, de semanas a meses. Los motores suelen limitarse a las zonas del cuello, la cabeza y las extremidades superiores. La presencia de tics fónicos en ausencia de los motores es rara. La edad de inicio se sitúa entre los 3 y los 8 años. Los criterios diagnósticos para este trastorno establecen que la sintomatología activa debe estar presente durante un mínimo de 12 meses, por lo que el diagnóstico es retrospectivo.
¿En qué consiste el Trastorno por Tic Motor o Vocal Crónico?
Esta condición crónica se puede observar tanto en niños como en adultos y se caracteriza, al igual que otros trastornos por tics, por un curso fluctuante y un amplio rango en la severidad de los síntomas. Las manifestaciones más frecuentes consisten en tics motores crónicos simples y complejos, implicando típicamente la cabeza, el cuello y las extremidades superiores. Aunque algunos niños pueden presentar dificultades del desarrollo, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), el trastorno no es incompatible con un curso normal en el desarrollo. Esta condición también puede darse en tanto que estado residual, particularmente en la adultez. En muchas ocasiones, puede darse un repertorio de síntomas únicamente debido a un periodo de elevado estrés o fatiga. El trastorno por tic vocal crónico se da raramente.
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