A medida que se envejece tienen lugar una serie de cambios fisiológicos, que implican a la mayoría de los sistemas corporales, por ejemplo, problemas de irrigación sanguínea, disminución de la eficacia respiratoria, léntigo senil “manchas de vejez”, etc., además la persona se enfrenta a cambios psicosociales importantes cómo la jubilación que requiere ajustes económicos y sociales, aumento de la dependencia en otras personas, adaptación a la pérdida de seres queridos y la muerte.
Estas limitaciones funcionales y problemas de salud pueden darse en mayor o menor medida aunque en esta etapa hay aspectos positivos, como la serenidad de juicio, la madurez y la experiencia. La senectud no debe verse como una etapa final sino como una etapa de maduración del ser humano.
El estado mental
En general el cerebro humano no se debilita con la edad, si una persona se mantiene intelectualmente activa lo normal es que durante toda su vida disfrute de una excelente salud mental.
La inteligencia y la capacidad de aprendizaje tampoco se alteran. Sin embargo, existen varios factores que inhiben el aprendizaje, cómo la ansiedad, algunas enfermedades, el dolor y la falta de memoria, ya que la capacidad para retener información si que se ve afectada por la edad, siendo la memoria a corto plazo a menudo menos eficaz.
Cuando el deterioro cognitivo interfiere con la vida rutinaria no se considera parte del envejecimiento normal, debe considerarse patológico y requiere una adecuada evaluación, diagnostico y tratamiento médico, ya que puede tratarse de una demencia.
Las relaciones afectivas
En la sociedad existe una actitud negativa ante la actividad sexual durante esta edad, que unida a la disminución de la autoestima y la soledad puede dar lugar al aislamiento social y a la ausencia de posibilidades de interacción y, por tanto, de vivir la sexualidad de una forma satisfactoria. En el transcurso de la senectud, la sexualidad sigue desempeñando un papel importante, aunque se ve dificultado por la disminución de las relaciones sociales y la marginación que sufre este colectivo. Aunque muchas personas viudas vuelven a establecer relaciones de pareja.
Hay muchos mitos con respecto al envejecimiento que llevan a pensar que la sexualidad ya no es importante, que es cosa del pasado. Incluso a las personas de esta edad se les niega la existencia de la misma a esta edad. Sin embargo la practica de la sexualidad es fisiológicamente posible y enriquecedora emocional y afectivamente.
Existen muchos factores que influyen en la actividad sexual de las personas ancianas como una razonable buena salud, interés por lo sexual, el estado emocional y afectivo de la pareja.
Generalmente la forma de interacción sexual varía, dándose mayor importancia a aspectos cómo ternura, intimidad corporal, afectividad y comunicación, a la vez que se relativizan los contactos meramente físicos.
Cambios anatómicos y fisiológicos
Varones
Reducción de la cantidad y viscosidad de esperma producido.
- Disminución del tamaño del pene y firmeza de los testículos.
- Aumento de la frecuencia urinaria como resultado del agrandamiento de la próstata.
- Menor producción de testosterona.
Mujeres
- Reducción de la lubricación vaginal.
- Disminución del cervix y útero.
- Pérdida del vello púbico y aplastamiento de los labios.
- Atrofia de las trompas de Falopio y ovarios.
- Reducción de la elasticidad de la vulva.
- Menor secreción de hormonas por parte de los ovarios.
Características generales
Los cambios anatómicos y fisiológicos dependen de la herencia genética, la historia de sus enfermedades, el tipo de vida, el entorno y los factores sociales.
Debido a esto la población anciana presenta una gran diversidad respecto a lo que se considera “envejecimiento normal”.
Aunque algunos de estos cambios pueden afectar a la respuesta sexual no significan que desaparezca la actividad sexual normal, como se ha creído erróneamente.
En los varones se requiere más tiempo y mayor estimulación física para conseguir una erección, se puede mantener durante períodos más largos sin eyacular y se prolonga el período refractario.
En las mujeres en la fase de excitación ya no hay un aumento del tamaño del pecho, aunque conserva la misma sensibilidad. Debido a la reducción de las secreciones vaginales se pueden producir coitos dolorosos, por lo que con frecuencia se necesita lubricación adicional.
La mayoría de las personas piensan que con los años el interés sexual pero esto es una creencia errónea, ya que los impulsos sexuales tanto en mujeres como en varones, persisten hasta edades muy avanzadas, aunque dependen de factores cómo estado de salud, interés anterior por la actividad sexual, problemas físicos asociados a enfermedades, medicamentos, etc.
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