El trastorno paranoide de la personalidad se caracteriza por un patrón de desconfianza y suspicacia general hacia las otras personas, de forma que todo lo que hacen éstas se interpreta como malicioso. Al igual que la mayoría de los trastornos de la personalidad, este patrón aparece al principio de la edad adulta y se manifiesta en diversos contextos.
Existen siete criterios que configuran la personalidad del paranoide, de los cuales deben cumplirse al menos cuatro para poder emitir el diagnóstico. Son los siguientes:
- Sospecha, sin base suficiente, que los demás se van a aprovechar de él, le van a hacer daño o le van a engañar (Los paranoides frecuentemente sienten, sin que exista ningún fundamento, que han sido ofendidos profunda e irreversiblemente por parte de otra/s persona/s)
- Se preocupa ante dudas no justificadas acerca de la lealtad o fidelidad de los amigos o socios (Cualquier desviación mínima que perciban en la fidelidad o lealtad sirve como prueba a sus suposiciones)
- Se muestra reticente a confiar en los demás por temor injustificado a que la información que comparta vaya a ser utilizada en su contra (Pueden negarse a contestar preguntas personales intrascendentes alegando que "no es asunto de los demás")
- En las observaciones o los hechos más inocentes ve significados ocultos que son amenazantes o degradantes (por ejemplo, pueden interpretar como un ataque deliberado contra ellos el hecho de que un vendedor se equivoque al darles los cambios)
- Alberga rencores durante mucho tiempo; por ejemplo, no olvida los insultos, injurias o desprecios (El menor desprecio provoca una gran hostilidad en estos pacientes, que además, dura mucho tiempo)
- Percibe ataques a su persona o reputación que no son aparentes para los demás y está predispuesto a reaccionar con ira o a contraatacar (los pacientes con este trastorno suelen contraatacar con rapidez a las supuestas críticas e incluso con ira)
- Sospechan repetida e injustificadamente que su cónyuge o pareja les es infiel (los paranoides pueden llegar a ser patológicamente celosos)
A la hora de reconocer a un sujeto que padezca este tipo de trastorno de la personalidad, podemos decir que son personas con las cuales suele ser difícil llevarse bien, ya que muestran problemas en todas sus relaciones sociales; además, aparentan ser "fríos" y no tener sentimientos de compasión. Por otro lado, dada su elevada susceptibilidad, no confían en los demás y por ello sienten una gran necesidad de ser autosuficientes. Otro punto a tener en cuenta es que, dada su rapidez para contraatacar a las amenazas que perciben en su medio, pueden verse envueltos en pleitos legales. Finalmente, pueden llegar a manifestar fantasías de grandiosidad no realistas y apenas disimuladas.
La prevalencia de este trastorno es del 0,5 - 2,5% de la población general, y existen algunos datos que relacionan la aparición de este trastorno en personas que tengan algún familiar con esquizofrenia crónica o trastorno delirante. Se da más en varones que en mujeres, según el DSM-IV.
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